El martes 16, la banda Romapagana, comandada por Andrea Prodan, se presenta en el Cultural Rojas. Lo hace ya “del todo regresados” luego del parate que tuvo a raíz de la salida del exbaterista, quien fue “reemplazado hace un año”, cuenta Prodan. “Estuvimos tocando mucho con este nuevo orden rítmico este año. Salimos de la Capital, fuimos a tocar a otros lados”. El nuevo orden rítmico, como lo define Prodan, lo da Diego Lavorato, el baterista que encontraron gracias a “Isma Sokol, el hijo de Ale Sokol, que al primer encuentro ya se sumó. No solo humanamente, también como músico nos pareció muy bueno para la banda. Así que fue relativamente rápida su incorporación”.
Prodan dice que el nuevo miembro le da “algo que es más reconocible en cuanto a estructura de una canción” a una banda que define “con una forma de caos organizado que es interesante, que diría que es como un pequeño grupo de guerrillas que entra, hace lo que tiene que hacer, se va y deja un recuerdo particular de algo que no es particularmente común”. Una experiencia más que la escucha de un estilo. “Exactamente -concede-. Creo que es una banda que hay que ir a ver. El disco fue importante para nosotros porque pudimos fijar las canciones en una forma única y después volver a cambiar cosas. Pero nosotros somos una banda para el vivo”.

Y es con entradas bien accesibles aunque la sala sea pequeña. “Estamos viviendo tiempos muy duros y todos se dan cuenta de que es difícil mantener un estilo de vida como se podía hacer hace un tiempito. Está a un precio excelente, en un lugar hermoso como el Rojas, que para nosotros es perfecto en un punto, porque es un espacio casi de vanguardia, y siempre fue interesante para el arte”.
Así que habrá que ir o estar atentos a la próxima presentación, porque la banda, al menos en el mediano plazo, no tiene planes de entrar a estudios para grabar. “Este año volví a sacar mi disco Viva Voce, que es un disco vocal, en vinilo. Y fue un placer real poder verlo en formato vinilo, que nunca estuvo, porque cuando salió el disco (1996) ya los vinilos no se hacían prácticamente más. Pero ahora fue una vuelta al formato tradicional de un disco que uno mira, observa y escucha en su totalidad si tiene tiempo. Y siempre hay un poco de ganas de ver si esto va a volver, pero uno también se tiene que acostumbrar a la época”.
Porque además, el hermano del inmortal Luca tiene su Bowie Remembered, una “banda dedicada a las canciones de David Bowie, que es un lindo contraste con Romapagana: en una hago lo que es mío, y en la otra hago lo que adoro, respeto, y que me parece un enorme lujo poder cantar las canciones de Bowie con una banda excelente de primera en Argentina. Se tiene que encontrar una manera de poder hacer las cosas que te gustan lo mejor posible, pero cambian los formatos y cambian las situaciones”.
“Que la gente descubra a Luca a través de Romapagana es bastante difícil”, suelta con una risa. “Luca es un mito tan grande que prácticamente siempre llega primero, eso es normal. Pero en un primer momento imagino que la gente que venía a ver a Romapagana lo hacía por curiosidad, y siempre es bueno que vengan de curiosidad. Yo tengo que convivir con el hecho de mi hermano, que es algo hermoso, pero sé que lo que hago es bastante distinto porque soy hijo de una época posterior a la suya, que era más punk. Y eso es como un hilo que sigo, así que atrae a otro tipo de personas. Tenemos un público amplio, bastante de distintas edades, y esto me encanta. La gente, cuando escucha a Romapagana, casi siempre está muy feliz de haberlo descubierto. Pero Sumo es un fenómeno muy particular que abarca muchos estilos musicales con gran libertad. Fue producto de una época increíble en Argentina y de una mente iluminada como la de Luca”.
Aquel tiempo “de apertura impresionante, que permitió a Luca abrirse también a muchas direcciones distintas” y en el que “Argentina necesitaba esa sensación de libertad y de poder decir lo que quería después de mucho tiempo de silencio” ya no se repitió. “Está muy estancado desde hace mucho tiempo -compara el rock de aquellos años con el actual-. Las cuatro o cinco bandas históricas siguen más o menos ahí. Puede ser que descubramos que fue un fenómeno temporal. Yo pensé que iba a ser para siempre. Será otra posibilidad más en este mundo de muchas elecciones infinitas. Yo criticaba a Luca porque quería ser rockero y tenía 27 años, decía: pero vos sos viejo. Porque yo era rockero, me gustaba ir a ver todas las bandas en Londres, tenía 17 años, y mis ídolos tenían todos 18, 19, 20 años. The Jam, The Clash. Luca ya era viejo, y cuando armó su banda acá me parecía tarde. Hoy es increíble porque si sos un rockero viejo tenés más peso que alguien que es joven solo por pertenecer a generaciones que realmente sentían el rock de otra manera. Romapagana tiene esto, creo”.
Con un frontman de formación actoral que hoy despliega su talento arriba del escenario con sus bandas pero ya no en la actuación -“la verdad es que la música me liberó mucho”- Andrea recuerda que está cerca la fecha de muerte de Luca (22 de diciembre) y cuenta que vio a Peter Lanzani como líder de Sumo, y reconoce “que hicieron un gran trabajo de calcar la imagen: hay momentos en los que realmente se parece bastante. Él (Lanzani) vino a mi casa en Córdoba hace unos tres años, y le conté cosas. Pero no creo realmente en una película con un actor que haga de Luca. Para mí, el documental puede ser, y he apoyado el documental de Rodrigo Espina. Fue hermoso y todo. Pero siempre tuve la sensación de que alguien interpretando a Luca es prácticamente imposible. Por la mezcla cultural, por los acentos, por muchas cosas. Por recrear Escocia e Italia de una época que estéticamente ya fue. Luca habla muy claramente a través de su música, entrevistas y su ser. Porque Luca era propio del antisistema, en el sentido menos clásico del antisistema. Así que en un punto es muy difícil intentar hacer plata con Luca”, provoca la risa cómplice.
Romapagana y Andrea Prodan

La banda se presentará este martes 16 a las 20:30 en Sala Batato Barea del CC Rojas, Av. Corrientes 2038 (CABA).
