Las autoridades de Los Ángeles confirmaron que Nick Reiner, de 32 años, fue imputado por la muerte de sus padres, el reconocido cineasta Rob Reiner y su esposa, Michele Singer Reiner, quienes fueron hallados sin vida el domingo 14 de diciembre en su residencia en el barrio de Brentwood. Ambos presentaban heridas de arma blanca.
El fiscal del condado de Los Ángeles, Nathan Hochman, anunció que la acusación contra Nick Reiner incluye dos cargos de asesinato en primer grado, con agravantes por “asesinatos múltiples” y por el uso de un arma peligrosa, un cuchillo. De ser condenado, podría enfrentar cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional o incluso la pena de muerte, aunque no se ha decidido aún si la fiscalía solicitará la pena capital. California mantiene vigente una moratoria sobre ejecuciones decretada en 2019, por lo que la pena de muerte no sería aplicada por ahora.
La tragedia comenzó cuando un familiar encontró a Rob Reiner, de 78 años, y a Michele Singer Reiner, de 70, muertos dentro de su hogar. La policía acudió al lugar y, tras una investigación preliminar, trató el caso como un homicidio. Horas más tarde, la policía de Los Ángeles detuvo a Nick Reiner cerca de la Universidad del Sur de California, sin resistencia. Permanecerá detenido sin derecho a fianza.

Nick Reiner no declaró
Nick Reiner no se presentó en una audiencia inicial programada debido a que su comparecencia fue postergada por motivos médicos, según informaron fuentes judiciales. Las autoridades han indicado que presentarán las pruebas y circunstancias del caso ante la corte conforme avance la instrucción.
Medios de Estados Unidos reportaron que horas antes de los hechos, Nick habría tenido una fuerte discusión con su padre durante una reunión social previa al hallazgo de los cuerpos, aunque las autoridades no han confirmado oficialmente un motivo específico para el crimen. La fiscalía destacó que los casos de violencia familiar figuran entre los más complejos y desgarradores de procesar debido a la intimidad y brutalidad de los hechos.
Figura de Hollywood
Rob Reiner era una figura emblemática de Hollywood, con una carrera de décadas como director, productor y actor. Su obra incluye películas que se convirtieron en clásicos, como When Harry Met Sally…, Stand By Me, The Princess Bride y A Few Good Men. Además, fue nominado a premios importantes por su labor de producción. Michele Singer Reiner, periodista, fotógrafa y productora, también fue reconocida por su trabajo artístico y su activismo en causas sociales.
La vida de Nick había estado marcada en los últimos años por dificultades personales: había hablado públicamente sobre sus problemas con adicciones y su salud mental, experiencias que inspiraron parte de la película Being Charlie (2015), coescrita con su padre. Ese trasfondo familiar, con altibajos y episodios de rehabilitación, ahora se encuentra en el centro de una investigación que ha impactado profundamente a la comunidad cinematográfica y al público en general.
Las reacciones al caso incluyeron mensajes de condolencia de figuras del entretenimiento y políticos, muchos de ellos destacando la trayectoria de Reiner y el impacto de su obra. La familia pidió respeto y privacidad mientras continúa el proceso judicial.
El legado de Rob
Un grupo de amigos y colegas cercanos de Rob Reiner y Michele Singer Reiner difundió una carta pública en la que recuerdan su vida, su obra y su legado. El texto destaca tanto la trayectoria artística de Reiner, su maestría como director y narrador, como la importancia de Michele en su vida y su compromiso social. La declaración fue firmada por figuras emblemáticas del cine y la televisión estadounidense, entre ellas Billy y Janice Crystal, Albert y Kimberly Brooks, Martin Short, Alan y Robin Zweibel, Larry David y Ashley Underwood, Marc Shaiman y Lou Mirabal, Barry y Diana Levinson, y el embajador James Costos y Michael Smith. Según los firmantes, el comunicado no solo rinde homenaje a su talento y profesionalismo, sino que también subraya el impacto humano de la pareja, destacando su generosidad, su colaboración con colegas y la huella profunda que dejaron en quienes trabajaron y compartieron su vida con ellos.
“Ir al cine en una sala oscura, rodeado de extraños que comparten una experiencia común —riendo, llorando, gritando de miedo o viendo un intenso drama desarrollarse— sigue siendo una emoción inolvidable. Contanos una historia que la audiencia nos exige.
Absorbiendo todo lo que aprendió de su padre Carl y de su mentor Norman Lear, Rob Reiner no solo fue un gran actor cómico, se convirtió en un maestro narrador. No hay otro director que tenga su rango. Desde la comedia hasta el drama, desde el ‘mockumentary’ hasta el documental, siempre estuvo en la cima de su arte. Encantó al público. Le tuvieron confianza. Hicieron fila para ver sus películas.
Su toque cómico era incomparable, su amor por afinar la música del diálogo y su capacidad para pulir el filo de un drama eran simplemente elegantes. A los actores los amaba. A los escritores los hacía mejores. Su mayor don era la libertad. Si tenías una idea, él la escuchaba y te integraba al proceso. Siempre sintieron que trabajaban como un equipo. Estar en sus manos como cineasta fue un privilegio, pero eso es solo parte de su legado.
Rob también fue un ciudadano apasionado y valiente, que no solo se preocupó por el país que amaba, sino que hizo todo lo posible para mejorarlo. Con su amorosa compañera Michele, tuvo la pareja perfecta. Fuertes y decididos, dedicaron gran parte de sus vidas al bienestar de nuestros semejantes. Fueron una fuerza especial —dinámica, desinteresada e inspiradora.
Fuimos sus amigos, y los extrañaremos por siempre.
‘Cada vida toca tantas otras vidas, y cuando él no está, deja un terrible vacío, ¿no es así?’
‘No tienen idea.’”
