Victorio D’Alessandro protagoniza En mitad de tanto fuego, una obra que encontró en su búsqueda constante por nuevas exploraciones y que, como suele decirse, se cargó al hombro. “Soy una persona que me gusta mucho ver materiales de acá para allá en lo que tiene que ver con teatro, más allá de leer guiones; ir a ver. Aprovechando que el año pasado estaba filmando en España, traté de ver todo tipo de obras, pero me fui a ver teatro más independiente de Madrid. Como conocía La piel oscura de (Alberto) Conejero, vi que había otra obra de él, que quería meterme a verla sin tanta expectativa y conocimiento de lo que iba a ver, y cuando la vi me encantó. Me gustó mucho ver una historia que yo conocía contada desde un lado. Entiendo que lo que vi en En mitad de tanto fuego es como el lado B de un poema de Homero como La Ilíada.”
Cuál sería ese lado B de lo que define como “una guerra que todavía está viva y es Troya que sigue ardiendo”. “Me encontré con un personaje donde las figuras más épicas del relato -Agamenón, Aquiles, Menelao-, es desde un personaje que toma protagonismo para contar su visión de la historia de Troya no tocando como tema principal la guerra.” Claro que la guerra está porque “Troya es la guerra de Troya”, pero lo que prima en la historia de Conejero es una relación amorosa. “Es una historia de amor que quedó cimentada por muchos relatos que no contaban esta historia de amor, pero figuraba el vínculo de Aquiles con Patroclo. Viéndolo desde la mirada de Patroclo entendés cómo llega a la vida de Aquiles, cómo es que se conocen, cómo es que viajan a la cueva del centauro Quirón que es donde se forman y se educan como lo hizo Alejandro Magno con Aristóteles.”

Un relato sepultado por otro relato. Al igual que sucedió muchas veces en la historia y sucede en el presente. Lo que posteriormente sería Occidente encontró poco apta para todo público una historia de amor tan noble como cualquiera del vínculo heterosexual, y la relegó a la duda permanente pese a la expresión textual que se puede descubrir varias veces en el relato originario. “Toda esta historia está resumida en un monólogo que yo la vi anclada en un actor que lo hacía de maravillas, con un gran poder de la palabra y una muy buena cadencia para lo que es el teatro.”
Lo que acaso fue amor a primera vista entre D’Alessandro y la obra. “Encuentro un paralelismo no solo en lo escrito sino también en lo real: en la homosexualidad, lo bélico, en la discriminación. Y me pareció maravilloso que en una época de tantas pantallas, de un teatro que por ahí a veces no se centra tanto en la palabra, verlo en un poema casi viviente en una actuación me pareció increíble. En toda la forma de escribir destacan muchos versos escritos al estilo (Federico García) Lorca, momentos que leés y parece algo borgiano. Me pareció súper interesante rescatar un teatro de la palabra y de este calibre.”

Así que pronto el actor quiso consumar su enamoramiento en un nuevo vínculo de su andar por los escenarios. Y le dijo a Conejero que quería hacer la obra en Argentina. Con el visto bueno recurrió a los oficios de su amigo Alejandro Tantanian, quien fue su compañero en la serie Cris Miró y como profesor de dramaturgia. “Cuando le comenté de la obra me dice: ¡Claro, si yo colaboré con Alberto en la obra! La conozco de pe a pa.”
“Es disruptivo ya el hecho de poder mirar esta guerra basada en una historia de amor y no puramente en la guerra como símbolo total de Troya”, dice sobre esa centralidad que además Conejero interviene con textos de Lorca, Lemebel y una prosa borgeana para marcar un continuo histórico: un presente que permite una mirada novedosa sobre ese pasado que así nos sigue marcando. “Era una época en la que encontramos libertad sexual en una edad un poco más adulta. Y lo que hay acá es que ellos se conocen desde muy chicos. Entonces entendés cómo crece el amor de ellos dos más allá de encontrarse físicamente después. Es desde dónde se encuentran físicamente. Vos y yo teníamos la misma edad y además vos estabas destinado a la gloria, se dice en la obra. Éramos niños.”

D’Alessandro es conocido, además de por su talento, por su inquietud permanente en búsqueda de trabajos que lo saquen de lo que se denomina zona de confort. “Para mí este es el desafío más grande en un escenario. Está tan cerca de ser qué puede hacer un cuentista al lado del fuego que le cuenta a todos los aldeanos una historia, que el desafío de hacerlo teatral, de pasarlo de la tinta a la sangre, como digo yo, del texto al cuerpo, es muy interesante. Es como un fabulador que te cuenta una historia, y por momentos la pasa por el cuerpo y te vuelve a contar una historia; entra y sale.” Y si bien sabe que más de uno cree que es un desmarcarse de sus antecedentes en el inicio de la profesión relacionados con Cris Morena, dice que hace teatro desde que es pibe: “Uno toma más vuelo a nivel exposición por lo audiovisual, pero siempre lo que fue teatro y lo que yo busco intento que siempre me evoque lo que me gustó del teatro o la lectura: la manera de escribir, la manera de cómo contar.” Y bromea con bastante seriedad: “El teatro te salva, es lo único que va a quedar. Dentro de unos años va a haber una aplicación que te elija la voz, la forma de caminar, los yeites que tenga un actor o una actriz, y el único lugar en el que vas a poder ver a alguien transpirar, equivocarse, o ser espontáneo va a ser en el teatro”.
En eso de contar, dice que le dicen que no se olvide de mencionar que estará en la segunda temporada de En el barro, y aprovecha para contar que terminó de rodar Golpe, dirigida por Nico García Hume y Romina Tamborera (Vera y el placer de los otros), una producción argentino-paraguaya, que por eso de lo cara que está la Argentina fue “filmada 80 por ciento en Paraguay”. Luego, sin contar, dice que se juntaron “un par de áreas” que ya se conocen de otros proyectos y medio que hicieron “cine de guerrillas para poder presentar el teaser y conseguir más financiamiento para una peli”. Pero claro, como en toda guerrilla, la clandestinidad es imprescindible. Así que habrá que esperar para saber más. “Por ahora estoy enteramente dedicado al unipersonal”, ríe.
En mitad de tanto fuego
De Alberto Conejero, con Victorio D’Alessandro. Dirección: Alejandro Tantanian. Viernes a las 21:30 en Dumont 4040.