La idea central es una disputa barrial, donde afloran desde las diferencias aspiracionales hasta los ocultamientos cotidianos que nos permiten sobrevivir en un tejido social suburbano cada vez más dañado. Resentimientos acumulados y ciertas frustraciones por diferencias de clase (a veces leves) pueden provocar un problema si no se saben gestionar las situaciones.
De esto se trata Perros, ópera prima del uruguayo Gerardo Minutti Bonilla, coproducida entre su país y la Argentina; una tragicomedia negra que formó parte de la Competencia Latinoamericana del 40° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y que, tras presentarse en festivales como los de Málaga, Montevideo y San Pablo, se estrenó en el Gaumont y en Espacios INCAA de varias provincias, donde se proyectará hasta fin de mes.
La trama, simple y efectiva, mezcla de Parasite, de Bong Joon-ho (2019), y El hombre de al lado (2009), de Mariano Cohn y Gastón Duprat, se va cargando de tensión a medida que avanza el relato y el espectador va viendo cómo hasta la más mínima decisión afecta todo lo que vendrá, hasta llegar a un inevitable estallido entre familias.
Es así: el verano montevideano de los Saldaña será seguir trabajando, pero también cuidar el perro y la casa de los Perna, los de al lado, los de la casa que provoca la envidia del barrio. El tedio de ser caseros improvisados es una tentación, por lo que los Saldaña vivirán sus propias vacaciones en ella. La desaparición inesperada del perro será el disparador para un enfrentamiento que saque lo peor de cada uno.

El actor Marcelo Subiotto fue uno de los primeros elegidos para este proyecto, destacando con su performance, siempre tan intensa como sutil: “Es interesante el arco dramático de esta relación entre vecinos, que comienza solidaria, pero que va cambiando con una cuestión que va apareciendo. Filmamos en un barrio tranquilo, en las afueras de Montevideo, en casas con fondos y medianeras muy bajas, donde la privacidad de cada familia está un poquito vulnerada y la confianza a veces deja salir un poco más de miserias humanas, ¿no? Al ver qué es lo que tiene el otro que yo no y esas cosas”, afirma el actor.

Subiotto encarna a Fernando Perna, jefe de una familia que tiene una situación aspiracional un poco más alta que la del barrio. “Están un poco mejor económicamente, pero tampoco quieren levantar tanto la perdiz; se van a Punta del Este, pero a lo de un amigo que tiene un barco, no al propio. O sea, quizá tejen relaciones de otro tipo, pretendiendo un ascenso social que no es el de quienes los rodean; quizá por eso se llevan el perro de raza y la marca perro se la dejan cuidada a los vecinos”, señala.
“Para entrar en ese juego de aparentar algo que no son. Y bueno, a los vecinos les da curiosidad, que en principio parece inocente, pero todo se puede descontrolar rápidamente. Me gusta que hay algo latente ahí que el director maneja muy bien, logrando una transición muy buena de comedia costumbrista a tragedia o drama, en una relación de vecinos que genera mucha identificación también”.
El actor reconoce que el guion maneja muy bien la duda: “Todos sospechan de todos, sin decirlo. Hablan del dinero, de lo que hacen, de lo que no hacen; hay una cuestión generacional también, pero sin spoiler, están todos metidos en la misma Matrix y no se dan cuenta”, comenta Subiotto por teléfono.
En este momento el actor está filmando en Brasil, en una coproducción al mando de Benjamín Naishtat, director con el que trabajó en Puan, otro protagónico en el que Marcelo destaca. Allí está rodando un film donde compartirá pantalla con nombres como Lali Espósito, Esteban Lamothe, Alan Sabbagh, Esteban Bigliardi y Manu Fanego, entre otros.

“Quizás ahora, por la situación actual del cine argentino, la coproducción es una de las maneras de seguir haciendo películas, pero es un recurso que existe hace mucho: las películas son caras y siempre un aporte de afuera ayuda a terminar de completar ese círculo de producción que siempre necesitás. En Uruguay y en Brasil los apoyos existen y, bueno, tendremos que aprovecharlos para seguir contando historias; por ahora no queda otra”, señala.
“Por suerte el cine argentino tiene una proyección internacional muy importante. Hay cierto prestigio ganado que ayuda a conseguir apoyos. Por eso, en un momento en que la industria está complicada, los apoyos que dan, por ejemplo, los grandes festivales hacia el cine argentino son grandes, son muy solidarios y eso tiene que ver con que hay una historia de trabajo y de calidad de nuestros talentos en todas las áreas. Hoy está un poquito complicado poder filmar, por lo económico y algunas decisiones políticas que ya sabemos, pero hay que seguir”, admite el actor.

Los siguientes proyectos de Subiotto
Subiotto entiende su trabajo como un oficio de intérpretes, no de creadores: “Tenemos nuestro instrumento y nos van dando distintas partituras. Un día nos llaman para tocar algo clásico y otro día para tocar folklore. Pero para interpretar esos mundos hay que hacer un trabajo de acercarse a esos materiales, siempre apoyándose en otros. En cine, el director es clave, porque es el que tiene todo en la cabeza, incluso sabiendo lo que va a hacer en el montaje, o por qué usa este lente o tal plano, que uno no lo sabe como actor”.
“Uno deja algo en bruto que otros van a pulir”, explica. “Entonces también es muy importante para mí entender por dónde va la cabeza del director, qué es lo que está buscando y, a partir de ahí, tratar de encontrar lo que uno tiene que interpretar: me sirve mucho comprender al personaje, entender por qué acciona, obviamente sin juicios, y tratando de hacer algo lo más honesto posible. Yo no soy asesino, pero si me toca, tengo que buscar entender qué pudo llegar a tener algo de ese espíritu y que se sienta que soy así”. No es lo mismo, aclara el actor, la progresión de un personaje más monótono que otro con un arco más amplio.
“No es igual Lucas de El Eternauta que el profesor de Puan o que este personaje en Perros. Yo soy medio obsesivo y organizo todo para ir trabajando de a poco, desprendiendo las escenas del guion que me toca hacer y entender el recorrido: algunos van cambiando y otros no, otros son mucho más sutiles. Entonces, ahí hago algo más del orden interno, y me lo cuento a mí mismo. La impronta que le pone un actor es a pesar de él; o sea, todo actor le va a poner una impronta a pesar suyo, porque, bueno, no es lo mismo la cara de uno que de otro, ni la voz ni las posturas”.
Subiotto, más allá de la buena continuidad que logró en la industria, es alguien a quien le interesa la producción independiente tanto en el teatro como en el cine: “Es súper importante para mí, porque es un ámbito en el que uno puede investigar más, otro tipo de material, y podés jugar a fondo para mantener narrativas que a veces por ahí no están en el abanico de la industria”.
Recientemente terminó el rodaje de una película de Gustavo Fontán, que protagoniza junto a Luis Ziembrowski. Ramón Vázquez se llama y es la primera ficción de Fontán después de tres documentales consecutivos: El piso del viento (2021, con Gloria Peirano), La terminal (2023) y Los ríos (2025).
El argumento se centra en el personaje que da nombre a la película, un caído del mapa, un trabajador sin trabajo desde hace meses, quien emprende un viaje para visitar a su padre después de treinta años, como puede. “Además estoy trabajando en un documental, en la parte ficcionalizada, que narra historias de presos y abogados. También empezaré a ensayar una obra de teatro con Daniel Veronese, y otra con Juan Ignacio González, que es un director con el cual hice Los pájaros, una obra unipersonal que hice en Teatro del Pueblo”.
Más allá de lo laboral, Subiotto admite que toda actividad teatral, en el formato que sea, tiene un sentido cultural importante. “La clave es aportar miradas diferentes, cosas que te pueden dar una óptica distinta de la realidad que te toca vivir como ciudadano del mundo, de tu país, de tu ciudad y también como ser humano en su más profunda significación. Todas las actividades artísticas son fundamentales para el desarrollo social de las personas. No me imagino un mundo en el cual solamente estemos mirando la tabla para ver cuánto sube o baja el dólar”, concluye el intérprete.
Perros, con Marcelo Subiotto
Escrita y dirigida por Gerardo Minutti. Con Néstor Guzzini, Marcelo Subiotto, María Elena Pérez, Noelia Campo, Roberto Suárez, Catalina Arrillaga, Manuel Tate y Soledad Pelayo. En cines.
