Sundeep Waslekar alerta del riesgo de una III Guerra Mundial promovida por “un algoritmo” « Diario La Capital de Mar del Plata

Sundeep Waslekar alerta del riesgo de una III Guerra Mundial promovida por “un algoritmo” « Diario La Capital de Mar del Plata


Por Juliana Leao-Coelho

El politólogo indio Sundeep Waslekar considera que “el riesgo de una tercera Guerra Mundial no puede ser descartado” y advierte que podría derivarse de las armas nucleares y la carrera armamentista de la IA, de modo que “la decisión de acabar con la humanidad podría ser tomada por un algoritmo”.

Ante ello, propone “un Contrato Social Global” inspirado en Rousseau, según explica Waslekar (Mumbai, 1959) en su libro ‘Un mundo sin Guerras’, presentado en Casa Asia por invitación del Club de Madrid, que reúne a ex jefes de Estado y académicos para promover la democracia.

La guerra es “una decisión de los dirigentes” pero también “pueden elegir la paz”. Hasta ahora, los líderes “tomaban las decisiones, locas, buenas, malas, pero eran seres humanos”. Hoy la tecnología se ha vuelto “tan autónoma que la decisión de matar y acabar con la humanidad puede ser tomada no sólo por los comandantes militares y presidentes, sino incluso por el algoritmo”, explica.

Desde 2022 “el derecho internacional se ha derrumbado; ya fue violado en el pasado pero ahora está realmente roto”, asegura, y añade que el presidente del país más influyente del mundo dice que “no respeta los aranceles y acuerdos comerciales del pasado, que quiere quedarse con Groenlandia, Panamá…”.

Casi todos los acuerdos de desarme negociados desde 1985 a 2002 están desmantelados. “Estamos en un momento más peligroso que en la Guerra Fría, por que entonces Estados Unidos y la URSS tenían mecanismos de diálogo, una infraestructura de instituciones y tratados”.

Ahora, “el sistema está roto. Hay un impás en el Consejo de Seguridad de la ONU”, no hay conversaciones entre Rusia y Estados Unidos, ni de Estados Unidos y China. Hay “un total desprecio por la ley. Rusia decide atacar Ucrania y ataca, Israel ataca Líbano un día, luego Qatar, Irán”.

Además, “estamos en una carrera armamentista de IA en el mundo, principalmente entre Estados Unidos y China, pero se está expandiendo”. Esta carrera, junto a la quiebra del derecho en la guerra de aranceles, “es exactamente lo que ocurrió en los años treinta” y condujo a la II Guerra.

“Estamos en la fase más peligrosa de la historia del Homo sapiens”, impulsada por tres crisis. “La tecnológica, la institucional, y una crisis conceptual y de modelo, la más seria”, porque la ONU es ahora “un mercado para negociar intereses nacionales en vez de un lugar para desarrollar un consenso universal”.

Surgieron problemas “universales, planetarios o de civilización; no son nacionales, ni siquiera transnacionales”, como el riesgo de una guerra nuclear, las emergencias climáticas, las pandemias y “el exceso o la pérdida de control de la IA, la biotecnología y otras tecnologías”.

Crisis de civilización

La soberanía nacional es “irrelevante ante estos retos existenciales. Necesitamos una estructura en nuestras organizaciones multilaterales”, con un nivel que “aborde los problemas dentro de los países y entre ellos”, y otro para “los problemas de civilización o planetarios”.

Más que un Consejo de Seguridad, la ONU necesita “un Consejo de respuesta a las crisis de civilización”, y para que funcione “hay que quitar el nacionalismo” de su formación y nombramientos.

“Necesitamos un Contrato social global” basado en “una doble lealtad, a la nación y a la humanidad. El gran reto intelectual ahora es cómo articular este sistema”, explica.

En el libro siembra “algunas semillas, pero el esfuerzo debe ser colectivo, lo importante es la viabilidad”, según Waslekar, que elogia al autor francés Émeric Crucé y al español Diego Saavedra que en el siglo XVII ya plantearon “un mundo sin guerras”.

Waslekar confía en la “capacidad del ser humano no solo de coexistir, sino también de eliminar problemas”. La mente humana es capaz “no solo de inventar robots e IA, pero también de inventar nuevos conceptos de coexistencia y progreso humano”.

Los políticos “quieren que enfoquemos nuestra energía en luchar contra el enemigo” pero “somos mucho más capaces de lo que nos tratan de hacer creer los líderes y sus asesores en los medios”.

Es posible “pasar de una sociedad fragmentada a la unidad de la humanidad, pensar en un mundo sin guerras como un valor, como un concepto”.

Para ello, hay que “ser consciente, resistir la presión, tener coraje moral”, como hizo España “resistiendo a la presión de aumentar el gasto militar al 5 %”.

Pero lo importante “es el colectivo. No somos conscientes de nuestro poder, de nuestro potencial como individuos” con capacidad de organizarse y presionar desde abajo, porque los políticos, como pasó con Ronald Reagan en los ochenta, cambian por miedo a “perder las elecciones”.

EFE.



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