sigo con la idea de reinventarnos”

sigo con la idea de reinventarnos”


Germán Portanova construyó su carrera de entrenador a partir de la constancia y el compromiso. Lo aprendió en sus años como futbolista, cuando —según sus propias palabras— era “un jugador del montón, limitado en algunas situaciones, pero aplicado”. Esa autoexigencia, sumada a la autocrítica, fue el impulso que lo sostuvo en cada etapa.

Cuando asumió en 2021 como entrenador de la Selección Argentina femenina, Portanova tenía claro el punto de partida. “La clasificación al Mundial en 2019 le dio a Argentina un posicionamiento importante. Ahora hay que mantenerlo, mejorar, unir cada vez más el grupo y seguir con las cosas que se han hecho bien, agregando mi idea y mi forma de trabajo”, dijo entonces. Esas palabras no fueron solamente una declaración y así lo demostró en la Copa América 2025 donde la Argentina se quedó de manera invicta —5 triunfos y un empate— con el tercer puesto.

Luego de su tercer torneo internacional —dirigió también la Copa América en 2022 y el Mundial de Australia-Nueva Zelanda en 2023—, Portanova insiste con la idea de proceso y habla con Tiempo sobre la necesidad de reconstruir una identidad, de su vínculo con las jugadoras y de las críticas alrededor del fútbol femenino.

–“Es un proceso de reconstrucción más que de recambio, tenemos que reinventarnos” dijiste después del Mundial. Tras la Copa América, ¿creés que se reinventaron?

–Creo que todavía seguimos en ese proceso. No soy de los que se conforman con haber hecho una buena Copa América. Seguimos trabajando con la idea de reconstruirnos y reinventarnos. Queremos ampliar la base, que no sean siempre las mismas veinte jugadoras, sino tener una lista más amplia y competitiva. Antes, cuando una futbolista no era convocada, a veces preguntaba el motivo porque estaba acostumbrada a estar siempre. Ahora queremos cambiar eso. Se vienen las Eliminatorias y no queremos equivocarnos. Necesitamos a las jugadoras que estén en su mejor nivel, con la «flechita para arriba».

sigo con la idea de reinventarnos”

–Dijiste también que creés mucho en las críticas constructivas. ¿Qué críticas tomaste durante este tiempo para mejorar a la Selección?

–Tengo una mezcla de sensaciones. Entre las críticas constructivas, también aparecen las destructivas que uno trata de esquivar. A veces, me golpean porque es demasiado para mí. En el fútbol femenino argentino no hay tanto margen de error: por ejemplo, no hay una gran cantidad de jugadoras para elegir, pero uno no puede estar explicando todo. Con las críticas que buscan construir, no tengo problema. Soy muy autocrítico y lo trabajo puertas adentro. Desde lo táctico, hemos probado distintos esquemas para adaptarnos y competir de la mejor manera. En los entrenamientos mantengo diálogo con las jugadoras y hasta hicimos reuniones por Zoom para estar más cerca de ellas.

–Siempre marcaste la importancia de manejar los temas “puertas adentro”, pero durante la Copa América se habló bastante del buen clima del grupo en contraste con los torneos anteriores. ¿No te parece una contradicción que se hable de eso hacia afuera?

–Cuando asumimos, nos encontramos con un grupo dividido, con jugadoras que no venían a la Selección por distintos motivos. Logramos hacer una muy buena Copa América en 2022: en el juego no había egoísmos a mi entender, pero fuera de la cancha nunca se pudo estar bien. Eran conflictos que venían desde antes, que me superaban y que nunca se resolvieron. Eso afectó la convivencia, que se volvió cada vez más pesada. De todos modos, no creo que esa sea la razón por la que no ganamos ningún partido en el Mundial. Pero hoy sí podemos hablar de un grupo increíble y eso dentro de la cancha se ve, se tiran de cabeza unas por las otras. Me toca vivir algo muy fuerte desde lo grupal y cuando lo comparo con lo anterior, aquello parece una pesadilla.

–“Intento instalar una filosofía de juego que va más allá de los resultados obtenidos”, dijiste cuando aún eras entrenador en la UAI-Urquiza. ¿Cómo se maneja la paciencia en la adrenalina del fútbol?

–Es muy difícil, pero tengo que tener un temple, un equilibrio y, sobre todas las cosas, liderar desde el lugar de la explicación, de la comprensión y no desde la imposición sobre una idea. Fuimos cambiando sistemas, pero siempre con una idea de tratar bien a la pelota.

–¿Cuál es para vos la tarea de un entrenador? ¿Difiere esa tarea cuando dirigís una selección?

–El entrenador debe estar al servicio del deporte, del fútbol femenino, de las jugadoras. Creo en el vínculo, pero sobre todas las cosas un buen entrenador tiene que brindar herramientas para competir de la mejor manera. Y también es importante que las jugadoras, sobre todo las referentes, puedan dar su opinión sobre cómo se sienten dentro de la cancha. En cuanto a las diferencias, hay muchas. En nuestro torneo femenino, capaz que no hay tantas acciones de carriles, de espacios, de fórmulas de juego. En cambio, dirigir partidos internacionales son cursos acelerados de fútbol: te exige estudiar un montón y además se juega en canchas increíbles que benefician el juego. En esta Copa América, intentamos jugar de igual a igual, ser protagonistas de los partidos y gracias a Dios se dio.

Germán Portanova: "No me conformo con la Copa América: sigo con la idea de reinventarnos"

–Durante la Copa América se vio un banco de suplentes con respuestas: seis de los ocho goles tuvieron participación directa de las suplentes. ¿Cómo se logra mantener motivadas a las jugadoras que tienen pocos minutos?

–Hay mucho de ellas. Voy a nombrar a Adriana Sachs, una jugadora que estuvo en dos mundiales, que siempre está con buena cara a la hora de entrenar… La tomo como un ejemplo para las más jóvenes: hoy toca jugar, después no toca. Y ella, junto a otras jugadoras como Virginia Gómez y Carolina Troncoso, siempre fueron un ejemplo para las jóvenes.

–Una de las figuras de la Copa fue Florencia Bosegundo, jugadora que regresó después de dos años. Alguna vez dijiste que había sido la mejor jugadora que entrenaste. ¿Qué convierte a una jugadora en la mejor?

–Quisiera retirar lo dicho y te explico por qué. Con Flor tengo un cariño que va más allá. Nos hemos enojado, nos hemos arreglado, pero siempre desde el amor por lo que hacemos. Ella ha vuelto a la Selección demostrando un cariño enorme por la camiseta, pero también para conmigo. Y yo eso lo agradezco. Por eso, la saco. Pero ¿qué tiene que tener una jugadora? Aldana [Cometti] es un ejemplo: una jugadora de un profesionalismo tremendo por donde se la vea. No perdió un duelo en toda la Copa América. Y después te exige. Eso me encanta para mejorar, para intentar protagonizar los partidos.

–Durante el partido frente a Colombia en semifinales, se vio una Argentina que neutralizó a sus figuras como Linda Caicedo. ¿Cuál fue el análisis previo? ¿Qué le pediste a tus jugadoras?

–Nosotros veníamos de jugar un amistoso contra Colombia en Estados Unidos donde yo había puesto un 5-4-1 y donde ganamos por penales, pero la verdad es que habíamos corrido bastante detrás de la pelota y Colombia había tenido constantemente la posesión. Creí que había llegado la hora de jugar el palo por palo. Creo que las sorprendimos en el primer tiempo al presionarlas, al asociarnos, al llegarles bastante. Después en el segundo tiempo, Colombia ajustó, nosotras nos cansamos un poco, no pudimos presionar y nos llegaron ellas también. Pero la clave tuvo que ver con el jugar el mano a mano. Tengo dos centrales muy buenas como Aldana y Sophie [Braun] que me dan la posibilidad de jugar constantemente mano a mano. No dejar girar a Linda fue importante y Solana [Pereyra, la arquera] tenía que estar atenta a la pelota al espacio.

–¿Qué es para vos la Selección Argentina?

–Desde lo laboral, mi vida. Créanme que gran parte del tiempo de mi vida lo ocupo en intentar mejorar a la Selección. Si no es en la competencia, es estudiando, hablando con jugadoras o yendo a las provincias a desarrollar el fútbol femenino. En el tiempo que pueda estar, quiero marcar mi sello y mi impronta.



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