Ladies and gentleman, dos grandes eventos se celebran esta noche en el C Art Media: es la primera vez en Argentina de Supergrass, la banda de britpop nacida en Oxford que se suma a la lista de grupos ingleses surgidos en los ‘90 que ya han estado por estos lados ―Blur, Oasis, Pulp ― y también se cumplen 30 años del lanzamiento de su disco debut I Should Coco (1995). Un superviernes. Una noche que alegrará el corazón. Ya lo anunció minutos antes del show Joaquín Levinton de Turf, que telonea a los muchachos británicos: «Aguante, Blur, aguante Oasis, aguante Supergrass».
Dr. Martens, remeras de Primal Scream, pilcha de adidas edición especial de Oasis, parkas, remeras de Definitely Maybe, camisas a cuadros. Muchos de los que estamos acá estaremos también el 15 y 16 de noviembre en el Estadio River Plate para el regreso de los hermanitos Gallagher. Muchos de los que están acá son fanáticos de entre 40 y 50 años que han esperado ansiosamente esta noche histórica.

Foto: Gentileza Supergrass
Que alguien le diga a Gaz Coombes (voz), su hermano Rob (teclado) y Mick Quiin (bajo) que todo estará alright, que la bienvenida argentina será todo lo que una banda desea para la primera vez en esta ciudad. Y más.
Al revés de lo que se podría esperar de estos tres que alentaban el espíritu adolescente y militaban el portarse mal, lo excéntrico y lo insolente, la salida al escenario de Supergrass es de bajo perfil, sobria, hasta tímida. Se escucha una bocina chillona mientras los músicos se acomodan. Han pasado los años. No hay ostentaciones: ni en vestuario ni en los visuales, que sólo constan de una imagen estática de I Should Coco. No se necesita nada más, porque Supergrass viene a hacer música, a ser escuchado. Y lo hace demasiado bien.

Foto: Gentileza Supergrass
“I’d Like to Know”, el divertido y rápido primer tema de la setlist y el primero también del disco, sorprende: quedamos inmediatamente encantados. Suenan muy bien las guitarras y la voz aguda, que repite el “la-la-la-la la” tan pegadizo, está intacta pese al paso del tiempo. Ya hay pogo y se agitan las cabezas. Basta para que el público se adelante a algún intento de Gaz de empezar a conectar con los espectadores con un acento todavía más inglés que el de todos los vocalistas ingleses que Buenos Aires ha escuchado. “Vamos Supergrass, vamos Supergrass”, se corea entre casi todos los temas. El público no los deja ni los dejará solos. La banda de Oxford se gana sin mucha vuelta el olé argentino. El líder muestra su agradecimiento con una reverencia y un gracias en español. “Perdón por haber tardado tanto, Dios los bendiga”, se disculpa.
Siguiendo el orden del disco, la segunda de la noche es el himno poderoso y rockero “Caught by the Fuzz”, que suena a la rebeldía e insolencia de la adolescencia que supo retratar perfectamente Supergrass. El comienzo punk y la voz que grita “ I was only 15 / If only my brother could be here now / He’d get me out and sort me out alright” narran la historia del propio cantante, que terminó preso por tenencia de drogas cuando tenía 15 años.
Supergrass no se guarda los hits para el final. Gaz dice que la siguiente es la cuarta de I should Coco. Y todos sabemos cuál es : el tema pop que los hizo conocidos: “Alright”. Todo es baile en el C Art Media al ritmo del teclado y el tono burlesco de la voz. Suena igual que antes: a salir, a la juventud, a hacer lo que uno desee cuando desee.
Coombes tiene un tono muy sesentoso, se pone muy similar a la voz de Mick Jagger por momentos en “Strange ones”, canción dedicada a los extraños y marginales. “There’s a place where the strange ones go / Where nobody here could know”. La misma voz continúa hasta que las campanadas de un reloj, que podría ser el Big Ben, introducen “Sitting Up Straight”.

Foto: Gentileza Supergrass
Las baladas y los temas más románticos y misteriosos comienzan con “She’s Loose”, en la que, de nuevo, el protagonismo es de la voz de Gaz. Pero ninguno de las canciones tristes de Supergrass quedan tristes, más bien se ven acechadas por la energía de la banda y el resultado es una melodía ciclotímica y entretenida. Ya casi va todo el disco pero la sensación es de que las cosas pasaron muy rápido en este show aniversario que ya es inolvidable. La blusera y más lenta “Time” es bien recibida, y la voz suena más Gallagher que nunca. El punto final para la tranquilidad es la haragana “Sofa” .
El cierre de la noche le corresponde a los hits clásicos de otros discos. Los visuales cambian al logo de la banda, que por su estética bien podría ser el logo de Turf. Arranca “Richard III”, con ese instrumento extraño llamado tetemin ―sin contacto, tiene un sonido alienígena― , luego la hermosa “San Petersburgo” y la después la tranquila y espiritual “Moving”, una de las ciclotímicas de la banda que nos lleva del baile a la sensación de estar flotando. Por último, la aplaudida y muy britpop “Grace”.
Antes de que termine el show, la gente empieza a pedir por otro de los grandes himnos de la banda fuera del disco I should Coco. No hay que decir nada, todos saben que el cierre de esta gran noche en el C Art Media es “Pumping on Your Stereo”. Su letra se escucha antes de que comiencen a tocarla y Gaz nos felicita y dice que vayamos más lento. Han sido dos horas de música que pasaron volando. La despedida es triste y esperamos que vuelvan, así lo promete Coombes: “See you next time”.