Gary “Mani” Mounfield, uno de los bajistas más influyentes del Reino Unido y pieza fundamental en la identidad sonora de los Stone Roses y Primal Scream, murió a los 63 años. La noticia fue confirmada por su hermano Greg a través de un mensaje en redes sociales que rápidamente generó una ola de homenajes y recuerdos entre músicos, colegas y fanáticos. Hasta el momento, no se informó la causa del fallecimiento.
Nacido en 1962 en Crumpsall, en el norte de Manchester, Mani creció en un entorno atravesado por la efervescencia cultural y la tensión social de la época. A los 16 años dejó la escuela y pronto se integró a la escena musical local, donde conoció a Ian Brown, con quien entablaría una amistad que sería determinante para la formación de los Stone Roses. A comienzos de los 80, ya trabajaba junto a John Squire y Andy Couzens en los proyectos iniciales que terminarían dando forma a la banda, que debutó oficialmente en 1984.

Su aporte fue decisivo para establecer el sonido que definiría al movimiento Madchester, ese híbrido explosivo de rock de guitarras, psicodelia y pulsos bailables que marcó una era. El álbum debut de los Stone Roses, titulado The Stone Roses y publicado en 1989, se convirtió en una pieza capital de esa escena: un trabajo de culto que creció con el tiempo gracias a sus grooves hipnóticos, su espíritu de fiesta y su ambición musical. Mani -más asociado que nadie al bajo Rickenbacker- aportaba un estilo que mezclaba soul del norte, funk y una precisión visceral que sostenía tanto las canciones como la identidad estética del grupo.
El impacto de ese disco no tardó en expandirse. Jóvenes músicos de Manchester, entre ellos Liam y Noel Gallagher, lo vieron en vivo y encontraron allí una inspiración que sería central para el surgimiento de Oasis. Sin embargo, los Roses atravesaron también tensiones internas y dificultades creativas. Tras el accidentado show de Spike Island en 1990 y una larga espera, el grupo publicó su segundo álbum, Second Coming, en 1994, recibido con opiniones divididas pero defendido por Mani como un paso lógico en la madurez de la banda.

El paso de Mani Mounfield por Primal Scream
La separación definitiva de Stone Roses en 1996 lo llevó a un nuevo capítulo: su incorporación a Primal Scream como bajista. La llegada de Mani revitalizó al grupo comandado por Bobby Gillespie y abrió una etapa de renovada creatividad, con discos arriesgados y un sonido expansivo que integró rock, electrónica, krautrock y experimentación.
Durante 15 años, fue una pieza estable en la formación, hasta que la reunión de los Roses en 2011 lo llevó de regreso junto a sus viejos compañeros. El grupo volvió a los escenarios en 2012, lanzó dos singles –All for One y Beautiful Thing- y se mantuvo activo hasta su disolución final en 2017.
La noticia de su muerte generó conmoción inmediata. Ian Brown escribió “Rest in peace Mani”, mientras que Liam Gallagher se declaró “absolutamente devastado”. Tim Burgess, líder de The Charlatans, lo definió como “uno de los mejores en todo sentido”; Rowetta, de Happy Mondays, también lo recordó con afecto.
El círculo íntimo del músico atravesaba ya un duro golpe: su esposa, Imelda, murió en 2023 tras una larga enfermedad. Mani era padre de dos hijos mellizos, Gene Clark y George Christopher.
En el último tiempo, el bajista había anunciado una gira de charlas que recorrería el Reino Unido entre septiembre de 2026 y junio de 2027, un proyecto concebido para repasar etapas fundamentales de su carrera, desde el histórico concierto de Spike Island hasta la emotiva reunión con los Roses.
También era habitual verlo participar en programas deportivos para hablar de su otra gran pasión: el Manchester United. Amante de la pesca y de los pubs, cultivaba un humor afilado y un relato vital que combinaba crudeza, gratitud y un orgullo innegociable por sus raíces.
Tiempo atrás, en una entrevista, resumió la improbable dimensión de su trayectoria: “Soy del norte de Manchester, no del mejor barrio, y viajé por el mundo tocando música. Podría haber terminado mal, como muchos de mis amigos. Pero tuve una vida que nunca imaginé”.
