“Esta película es una linda carta de presentación para España”

“Esta película es una linda carta de presentación para España”


A veces la vida nos pone a prueba. Lo que creíamos que era de una manera resulta ser de otra, y nos cuesta darnos cuenta hasta que llega un momento límite. Esa es, en parte, la idea central de Adiós Madrid, de Diego Corsini. Un drama existencial que narra la historia de Ramiro (Luciano Cáceres), un hombre que comienza a conocer a su padre ausente a través de su entorno y amigos más cercanos, cuando recibe un llamado del marido de ese padre: le avisa que está internado en coma, con un cáncer terminal. Su último deseo es ser desconectado de toda asistencia artificial y morir en paz. El único familiar sanguíneo que puede viajar de Buenos Aires a Madrid para validar la decisión ante el sanatorio es Ramiro.

“Es una película que hace rato queríamos hacer. Con Diego somos amigos, siempre buena onda, y se dio. Viajé a Jerusalén a filmar La noche que luché contra Dios y tenía escala en Madrid. Diego vivía ahí, nos juntamos. Su mujer, que es guionista, tenía una idea y, trece días después, ya tenían un boceto de guion. Empezamos a desarrollarlo y apareció Conexión Buenos Aires-Madrid, un programa cultural interdisciplinario que conecta América y Europa. Justo viajaba a presentar Muerde, mi obra de teatro, por España. Aproveché para ver unos productores conocidos, se coparon con la historia y se sumaron. Tres meses después estábamos filmando en Madrid. Fue una locura, tiempo récord”, cuenta el protagonista.

Luciano Cáceres: “Esta película es una linda carta de presentación para España”

En España, esta es la primera producción en la que Cáceres asume un rol protagónico. “Había tenido algunas experiencias, pero en papeles menores. Acá era quien llevaba la historia. Todo el elenco es español salvo yo, pero me sentí muy cómodo porque trabajamos de manera natural. El film tiene algo muy teatral en los diálogos y en la puesta. Sin spoiler, hay algo tribal que aparece en la historia. Muchas escenas giran en torno a una ‘tribu’ de actores que rodeaba al padre de mi personaje, y ese espíritu se contagió. A eso se suma mi escena más fuerte: un monólogo de diez minutos en el hospital con mi padre. Es muy teatral porque estoy ahí solo, con mi alma y con él.”

El actor destaca también los ribetes oníricos de la película, aunque sobre todo que habla de vínculos y de entender las decisiones de los otros. “Es un relato sobre sentimientos guardados, familias elegidas y perdón. Mi personaje carga con un enojo de años por una ausencia, y la ficha le cae tarde.” La narración lo va llevando, en una noche de tapas, a conocer el entorno de su padre, y allí descubre lo feliz que era, la familia que había formado, cómo lo querían, y entiende que los tiempos cambiaron. “Mi padre tuvo que elegir. Salió del closet acá y se fue a una Madrid en pleno destape a ser quien quería ser. No siempre se puede comprender, pero para digerirlo hay que tocar fondo: descender al infierno de la propia oscuridad y el dolor para entender. Eso también está narrado en la película.”

Luciano Cáceres: “Esta película es una linda carta de presentación para España”

Para Cáceres, lo interesante es que “habla de una generación rota, donde todos tienen algo que sanar. Mi personaje no es el único con un problema: después de varios tragos, se da cuenta de que todos tienen un dolor que pega fuerte”. También subraya las diferencias culturales con humor: “Ellos la tienen clara: ustedes se psicoanalizan, nosotros nos vamos de cañas. Ellos se mandan una dosis de alcohol y juerga, y nosotros somos más del café y el diván”.

El actor ve en esta película una oportunidad laboral en Europa. “Esta película es una linda una carta de presentación en España, la vio mucha gente allá. Espero que acá también. Nunca intento encasillarme en un género o rol. Este proyecto abre el abanico. Fue una película independiente, hecha a pulmón: la productora puso equipos, coordinó todo, pero lo hicimos con un espíritu colectivo, algo poco común allá. Ese espíritu colaborativo se valoró mucho en Europa. La peli pasó por varios festivales, le gustó al público, y es una alegría en los tiempos que corren. Más allá de la necesidad de apoyos estatales y concursos, tenemos que defender el cine argentino e independiente.”

Luciano Cáceres: “Esta película es una linda carta de presentación para España”

La llegada y la distribución sin publicidad son complicadas, admite Cáceres, que en los próximos meses volverá a Europa con Muerde: “Estamos en Timbre 4, después giramos por el país y luego vamos a Madrid, Barcelona, Ávila, Berlín también”. Además, dirige junto a Fernanda Ribeiz Subacuática, la historia de dos nadadores que se conocen: un viudo en duelo y una mujer separada con conflictos de maternidad. La particularidad es que la obra sucede en la pileta del Club Estrella de Maldonado, en Palermo. “Queríamos romper con el escenario tradicional. Como Panaderos, que se hace en un vestuario. Acá los actores nadan y actúan en el agua, y el público se sienta al costado. Es una experiencia hermosa que está explotando los domingos en un club barrial.”

Cáceres también prepara un nuevo monólogo: “Será bien urbano, la historia de un empresario turístico al que le trasplantan el corazón de una prostituta dominicana. No solo aparece la sensibilidad femenina, también le cambia la vida. Será un personaje que pasa por mil estados. Lo estrenaremos en marzo”. Además, acaba de filmar con Raúl Perrone: “Me sumé a una de sus aventuras. Soñaba con trabajar con él. Filmamos con siete cámaras a la vez, con actores y no actores. Fue increíble. Veremos cuándo la estrenamos”.

Luciano Cáceres: “Esta película es una linda carta de presentación para España”

Adiós Madrid, con Luciano Cáceres

De Diego Corsini. Con Luciano Cáceres, Francisco Javier Godino y Fariba Sheikhan. En cines.



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