Tener una vocación colectiva es una terapia contra el individualismo

Tener una vocación colectiva es una terapia contra el individualismo


El talento de Sofía Gala Castiglione se adapta a cualquier formato. Por eso no sorprende que la convoquen para una comedia en plena calle Corrientes, un registro distinto del que venía trabajando en los últimos años, más ligado al audiovisual y al drama. El 17 de septiembre estrenó Viuda e hijas, dirigida por Héctor Díaz y con un elenco que completan Nora Cárpena, María Valenzuela, María Fernanda Callejón y Gonzalo Urtizberea. La obra se presenta de miércoles a domingo en el teatro Multitabaris.

“Lo que más me convocó fue el deseo sentimental de trabajar con las actrices con las que comparto escenario. Nora es parte de mi familia, trabajó toda la vida con mi mamá y tuvieron un éxito enorme con Brujas, que estuvo tantos años en cartel. Quería trabajar también con María Valenzuela, que me encanta, y con María Fernanda Callejón, que tiene una potencia explosiva. Me gustan los proyectos donde hay actrices o actores que admiro porque siento que me hacen crecer. Me gusta trabajar y aprender a esta altura de mi vida”, admite la hija de Moria Casán.

Encontrar el tono

Ensayaron un mes y medio y, según cuenta, todo fluyó como esperaban: “Con mucho oficio, encontramos el tono de lo que puede ser una obra que funcione. Igual no es un objetivo de fondo para mí. La idea es contar una historia divertida, pero profunda”.

Sofía Gala Castiglione: "Tener una vocación colectiva es una terapia contra el individualismo"
Sofía Gala Castiglione y el elenco de Viuda e hijas.

La trama gira en torno a una herencia inesperada que cae como un rayo sobre una madre y sus dos hijas. Puede ser la solución a parte de sus problemas, pero con una condición: hablar con sinceridad descarnada. Así lo vincular gana espacio en el relato. “Creo que todos tenemos familias disfuncionales en algún aspecto. Para los demás siempre es raro lo que pasa en otra familia. Esta obra permite mirar una situación íntima desde otro lugar. El tema familiar, vinculado a lo posible, atrapa. Sentía que era un producto interesante, sobre todo para Corrientes y el teatro comercial. Es una pieza con mucho humor, pero que también va al hueso”, resume Sofía.

La actriz destaca la química con el director, experimentado en comedia: “Héctor (Díaz) es bárbaro, nos llevamos súper bien. Como actor me parece muy cómico, tiene el punto de la comedia muy aceitado. Es un director que sabe hacia dónde llevarte y cómo explotar los momentos en los que podés hacer crecer el humor de una línea. No todos somos iguales y está bien, pero tener la posibilidad de hacer reír me parece increíble. Siempre estoy aprendiendo. Hice comedias, obvio, pero cada vez aprendo más”.

Trabajo colectivo

Su plan es nunca dejar de aprender. “Algo muy choto de los actores y actrices es que a veces uno se cree que le sale fácil, y ahí fallás. Por eso todo el tiempo siento que tengo que aprender de otros, porque esto es colectivo. No quiero ser nunca de aquellos que trabajan solos, que no les importa el compañero y terminan siendo difíciles. Esas cosas se notan. Para mí es fundamental el proceso colectivo y aprender de la gente con la que estoy”, señala.

Intensa y versátil, en esta oportunidad Sofía quiere volver a probar su ductilidad. Pero no para exhibirse, sino para sí misma. “Siento que es reimportante no quedarse estancada en ningún lugar. Ni en el drama ni en determinados papeles. Tampoco tengo un plan marcado sobre hacia dónde llevar mi carrera: voy haciendo lo que siento, y así es más liviano. Todo pasa naturalmente”, dice. Siempre encara los proyectos con todo: “No soporto las cosas a medias. Me parece que es mejor no hacer nada a hacer algo a media máquina”.

Sofía Gala Castiglione: "Tener una vocación colectiva es una terapia contra el individualismo"
Sofía por dos.

La actriz tiene muy claro que la coyuntura no es sencilla, pero eso no cambia su modo de trabajar: “Siempre me siento con la misma responsabilidad. Mi aporte es dar lo mejor de mí, con la misma fuerza, pase lo que pase. No me pongo al hombro responsabilidades que no me corresponden. No me esfuerzo más porque el país esté mal ni menos si está bien. Me sale solo: siempre estoy al 100% y trato de dar lo mejor: ya sea en una comedia, para que la gente se ría, o en un drama, para que se conmueva. Tengo conciencia social, pero eso no repercute directamente en mi trabajo. Hago lo mejor posible por amor a la profesión y respeto al proyecto que me toque”.

Sobre el presente, Sofía es clara. “Es muy triste saber que nada está asegurado -puntualiza-. Todo avance social puede retroceder fácilmente. Esta ola de intolerancia nos enseña que la lucha es permanente. No hay que dormirse en los laureles”. Considera que no se trata sólo de un problema de la Argentina, sino de un fenómeno mundial: “La sociedad actual está muy violenta, muy antiderechos. Siento que vamos a un retroceso medieval. Estamos insensibilizados por la sobreinformación. Pasamos de ver niños muertos apilados en Gaza a enterarnos de cómo se cortó el pelo Wanda Nara. Todo da lo mismo”.

Los celulares, para ella, son un sistema de control: “Son parte del cuerpo. Perderlo o romperlo es como perder algo querido”. Esa dependencia afecta la vida cotidiana: “Todos opinamos de todo, pero nadie hace nada. El hater y el adulador son lo mismo: todos escondidos detrás del celular. Es terrible. A veces agarro el teléfono y no sé qué estoy viendo. Es una situación enferma que me psicotiza”.

La vocación

El trabajo, admite, la salva: “Tener una vocación colectiva es una terapia contra el individualismo. Incluso salir a trabajar ya es terapéutico. Quedarse en casa con el teléfono es alienante. No estoy muy optimista, la verdad”.

La polémica por las declaraciones de Guillermo Francella la llevó a reflexionar sobre lo popular y lo artístico: “No son polos opuestos. Entiendo la búsqueda comercial o la más poética y abstracta. A mí me gusta trabajar en los dos espacios. Por algún motivo hice más cine independiente, pero no tengo drama con lo comercial si la gente elige eso. Las etiquetas no son mías, son de los demás. Yo trato de no etiquetar nada ni a nadie. No siento presión, salvo la de hacer las cosas bien y con sinceridad. Odio trabajar bajo presión. No creo en los directores castradores ni en los compañeros maltratadores. Todo eso resta. Si tardás en hacer algo, es tu tiempo y te tienen que respetar”.

Sofía Gala Castiglione: "Tener una vocación colectiva es una terapia contra el individualismo"
Viuda e hijas llegó a la calle Corrientes.

Para ella, la época impone un ritmo superficial: “Todo es urgente. La gente discute titulares, no ideas. Vivimos en la inmediatez, corriendo a no sé dónde. Tenemos el síndrome del conejo blanco de Alicia en el País de las Maravillas: siempre llegamos tarde, pero no sabemos a dónde. Así se hace difícil disfrutar”.

Por eso tampoco le importa demasiado proyectar hacia adelante. “Trato de no pensar en el futuro porque todo es caótico. Me angustia. El teatro, en cambio, detiene el tiempo. Soy adicta al celular, estoy siendo parte de esa mierda, pero intento parar la pelota. Hago lo posible para mejorar conductas y estar más feliz. Estaría bueno que todos lo intentáramos”, concluye.

Viuda e hijas

Dirección: Héctor Díaz. Con Sofía Gala Castiglione, Nora Cárpena, María Valenzuela, María Fernanda Callejón y Gonzalo Urtizberea. De miércoles a viernes a las 19:30; sábados a las 20 y 22; y domingos a las 20. Teatro Multitabaris, Av. Corrientes 831 (CABA).

Sofía y el desafío de ser Moria

Sofía Gala Castiglione: "Tener una vocación colectiva es una terapia contra el individualismo"
Los lentes son por el sol…

Con el anuncio oficial de la bioserie de Moria Casán producida por Netflix, el nombre de Sofía empezó a circular de inmediato.

El proyecto, producido por Armando Bo y dirigido por Javier Van de Couter, divide la vida de “La One” en tres etapas. Cecilia Roth, Griselda Siciliani y la propia Sofía Gala serán las encargadas de interpretarla. A ella le toca la etapa de juventud, desde los 20 años hasta su nacimiento.

“Voy a tener que tenerme a mí misma. Es un hecho psicomágico –ríe-. Hacer de tu madre y atravesar el proceso de conocer a tu papá es movilizante. Me siento afortunada y lo encaro con muchísima responsabilidad. No quiero imitarla, quiero encontrarla a partir de mí”.

La voz, en primer plano

Además de Viuda e hijas, Sofía sigue con Lo que se pierde se tiene para siempre, basada en cuentos de Alejandra Kamiya, con dirección de Anahí Berneri. Se presenta en Dumont 4040, con funciones previstas para septiembre y octubre.

Inquieta, este año también debutó como cantante en Fea, una banda de indie punk, con la que se presentó en La Tangente y prepara su disco debut.

“Me hace bien. Es una forma de expresar frustraciones, dolores y ocurrencias. Necesitaba proyectar mi propia voz”, confiesa.

Sofía Gala Castiglione: "Tener una vocación colectiva es una terapia contra el individualismo"
Sofía Gala Castiglione es una actriz en permanente ascenso.

Foto: Pedro Pérez

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