Hace más de una década que Corey Taylor decidió dejar de beber. Pero fue recién en los últimos años cuando el cantante de Slipknot y Stone Sour empezó a hablar abiertamente sobre lo que significó reconstruirse lejos del alcohol. “Te das cuenta muy rápido de cuánto una parte de tu personalidad estaba vinculada a la bebida”, reveló en el reconocido programa de radio The Howard Stern Show, sin dramatismo pero con gran lucidez y sinceridad.
Taylor, que en su juventud había encarnado la furia y el exceso de toda una generación, lleva sobrio desde 2010. En enero de 2024 sorprendió al cancelar su gira solista por Norteamérica con un comunicado que hablaba de “un deterioro de mi salud física y mental”. Fue un gesto de sinceridad que contrastó con la épica del rock de estadio: “Necesito detenerme y enfocarme en mi recuperación, en mi familia”, escribió. Desde entonces, decidió modificar su manera de vivir la música. Ya no hace giras interminables: impuso el límite de dos semanas y media fuera de casa.

En su vida cotidiana, Taylor también adoptó hábitos simples que reflejan su sobriedad. Contó cómo maneja las salidas sociales: mientras su esposa sigue tomando alcohol, él opta por el agua, planifica su salida antes de que la situación se complique y reconoce que ahora disfruta los bares de otra manera, sin los excesos de antes.
Taylor y su pelea día a día
En cada entrevista reciente insiste en que la sobriedad no es una conquista definitiva, sino una práctica constante. El cambio, explica, no fue solo físico, sino también emocional y espiritual. En ese proceso tuvo una figura clave: James Hetfield, de Metallica, quien atravesó su propio tratamiento y lo inspiró a dar el paso. “Verlo reconstruirse me dio esperanza”, contó. Taylor, que hace tiempo convirtió la máscara en una metáfora, parece haber aprendido a vivir sin ella.

En un mundo donde las confesiones suelen ser un espectáculo más, su historia resuena por lo que tiene de humano. El mismo artista que rugía desde un escenario con una máscara ahora defiende la salud mental, la vulnerabilidad y la pausa como actos de resistencia. Mientras en el escenario la sigue rompiendo con actuaciones que encienden los corazones de sus fans.

Vale recordar que no todos los integrantes de Slipknot lograron superar los excesos. Paul Gray, bajista y uno de los miembros fundadores de la banda, murió en 2010 a los 38 años por una sobredosis accidental de morfina y fentanilo.
