El Gobierno siembra dudas sobre cómo enfrentará el pago de la deuda en dólares

El Gobierno siembra dudas sobre cómo enfrentará el pago de la deuda en dólares


Con un cuidado doble discurso, Luis Caputo dejó flotando la posibilidad de apelar a nuevos préstamos para pagar los vencimientos de deuda de los próximos meses.

El ministro de Economía atendió el reclamo que le llegó por varias vías sobre la importancia de obtener reservas en dólares. Pero al mismo tiempo que valoró esos consejos, dio a entender que no usará ese camino para cumplir con los acreedores y que lo hará “de manera financiera”.

Entre los compromisos que requieren atención urgente se encuentran los U$S 4300 millones de los bonos emitidos en la reestructuración de 2020. El vencimiento opera el 9 de enero. En el medio también hay varios correspondientes a organismos internacionales, que en el Palacio de Hacienda descuentan que podrán ser renovados. Las obligaciones para 2026 superan los U$S 19.400 millones.

Lejos de mostrar preocupación, Caputo confía en que va a tener varias cartas para jugar, con una mano que evidentemente cambió desde que la administración de Donald Trump accedió a abrir una línea de crédito por U$S 20.000 millones para concretar un segundo rescate en seis meses (el anterior lo había brindado el Fondo Monetario Internacional con un préstamo por el mismo monto).

«Hoy estamos, gracias a Dios, en una situación que cambió. Se abrieron varias avenidas desde lo financiero, o sea, ya no solo tenemos el swap chino y el apoyo de Estados Unidos», señaló el ministro durante su presentación en la Bolsa de Comercio, en una exposición organizada por la Fundación FIEL.

«Nosotros las deudas las vamos a honrar siempre», explicó sobre el pago de los vencimientos. «Cuando fuimos a Estados Unidos, fuimos justamente para garantizar la seguridad porque en ese momento teníamos los mercados cerrados y no había prácticamente alternativas», dijo, abriendo la puerta a que ese swap (del que ya se activó una parte, informó Washington) sea el que sirva para cubrir las deudas a cancelar en el corto plazo.

«Para nosotros es una prioridad. Pero quiero aclarar que hoy por hoy está separado lo que es la acumulación de reservas de lo que es, como hemos venido haciendo ahora, el pago de nuestras deudas. Nosotros queremos comprar reservas para retenerlas, no para pagarles a los bonistas», insistió Caputo, amparándose en el discurso oficial de fortalecer el patrimonio del Banco Central y capitalizar la entidad.

Mensajes de todo tipo

Un rato antes, en la misma conferencia, tres ex ministros de Economía habían urgido al gobierno a fortalecer su posición de reservas. Domingo Cavallo, Nicolás Dujovne y Ricardo López Murphy coincidieron en darle prioridad al asunto. El más enfático fue Cavallo, quien a pesar de conducir al país al corralito y a la crisis institucional de 2001 sigue siendo escuchado con gran respeto por el establishment.

El ex superministro del menemismo y de la Alianza recalcó el llamado, no sólo por el pago de la deuda sino por la necesidad de disponer de un mecanismo creíble para estabilizar la paridad peso-dólar. “Es imposible pensar que puede estar bien la economía sin reservas o con reservas negativas como las que tenemos ahora. ¿Quién le va a creer al ministro de Economía que van a asegurar el techo de la banda si no tienen divisas para intervenir en ese caso?”, sostuvo.

El FMI también viene siguiendo la situación de cerca. La introducción de las bandas cambiarias, la gran novedad del acuerdo celebrado en abril, fue acompañada de una recomendación explícita del organismo para comprar dólares. Desde entonces, el Tesoro sólo lo hizo de manera puntual y con resultados efímeros, porque las posiciones fueron desarmadas para frenar la corrida preelectoral.

“En nuestras discusiones con las autoridades, hemos enfatizado la necesidad de acelerar los esfuerzos de acumulación de reservas para ayudar a gestionar mejor la volatilidad y fortalecer aún más la confianza del mercado”, dijo la portavoz del FMI, Julie Kozack el jueves pasado. También fue clara en que para el Fondo, ese momento es ahora: “La reciente mejora en las condiciones del mercado presenta una ventana de oportunidad para que las autoridades fortalezcan las políticas macroeconómicas, consoliden la estabilidad y aceleren la acumulación de reservas».

Un informe del Grupo Bapro alertó sobre el posible conflicto entre esa insistencia del FMI por las reservas y la pereza de Caputo en seguir la recomendación. Allí se recuerda que el acuerdo de facilidades extendidas fija una meta de acumulación de divisas para fin de año y que el BCRA está por debajo de esa línea en U$S 8500 millones.

Este incumplimiento podría ser un escollo para volver a emitir bonos en dólares, una de las obsesiones del gobierno libertario. “Si colocar deuda en el mercado teniendo un programa abierto con el FMI puede ser complejo, hacerlo con uno ‘off track’ –que se salió del camino- parece bastante más complicado. Por lo tanto, aún cuando la meta pueda flexibilizarse o cumplirse mediante un waiver, el Sector Público Nacional debería comprar algo de reservas si quiere restablecer la solidez externa”, aseguró.

El posible impacto monetario

Una de las cuestiones sobre las que el gobierno da idas y vueltas para esquivar los consejos de acumulación de dólares es el impacto monetario que tendría la compra de divisas. Esa operación trae como consecuencia volcar pesos en el mercado, en el marco de una demanda que en el Ministerio de Economía todavía juzgan inestable y potencialmente inflacionaria.

Sin embargo, otros estudios privados dan cuenta de que hay buen margen para remonetizar la economía, ya que la cantidad de pesos es relativamente baja. En el último informe de coyuntura de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), su economista jefe, Daniel Artana, señaló que la base monetaria es del 4,9% del PBI, mucho más bajo que el promedio de las últimas dos décadas (8,6%). Del mismo modo, el M2 (billetes y monedas, depósitos a la vista y a plazos) es de 12,8% del PBI, tres puntos menos que el promedio histórico. «Existe espacio para remonetizar, lo que permitiría comprar reservas sin esterilizar su efecto monetario», sostuvo Artana.



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