Si bien se trata de un destino bastante poco conocido en Argentina, Corfú es una isla frente a la costa noroeste de Grecia, en el mar Jónico, llena de centros turísticos. En el Libro V de la Odisea, el héroe Ulises, azotado por una tormenta, llega a las costas de una isla llamada Esqueria. Homero describe el lugar como una utopía jónica: la tierra de los feacios, un pueblo cálido y hospitalario que recibe a Ulises con festines y alegría, y vino, desde luego.

En el palacio del rey feacio Alcínoo, se le dice al lector que «hay una viña excelente». Durante los pocos días que pasamos allí con Ulises, «se están convirtiendo las uvas en pasas; en otra parte se están recolectando; algunas se están pisando en las tinas de vino». Los académicos, tanto del pasado como del presente, coinciden en que la mítica Esqueria de Homero es una versión idealizada de Corfú. Una isla quizás más conocida entre los viajeros modernos como destino de sol y playa que como destino vinícola. Sin embargo, esta isla larga y estrecha, la segunda más grande del mar Jónico, fue un antiguo centro vitivinícola.
Tras años de pasar desapercibidos, los vinos de Corfú se encuentran en pleno auge gracias a un creciente grupo de jóvenes productores que destacan las variedades autóctonas de la isla y las técnicas históricas que son exclusivas de sus soleadas costas.
Un terruño único en su tipo
Los vinos de las Islas Jónicas tienden a diferir notablemente de los producidos en otras partes de Grecia, incluso en un contexto insular. «La topografía es muy diferente a la de las islas del Egeo, con más montañas y viñedos cerca del mar o en zonas elevadas». Así lo explica Dimitris Catechis, propietario y fundador de Corfu Wine. «Esta variación se traduce en diferentes mesoclimas, diferentes terroirs» y variedades de uva autóctonas que rara vez se cultivan fuera de la región.
Corfú, en particular, es notablemente más húmeda que sus vecinos. Ubicada en la frontera más noroccidental de Grecia, a pocos kilómetros de la costa albanesa. La isla goza de un clima mediterráneo templado pero húmedo. Asimismo, cuenta con abundantes precipitaciones, especialmente en otoño e invierno.
Antonis Katakis, gerente de operaciones de alimentos y bebidas de Domes Resorts, afirma que esta «humedad exige un cuidado minucioso del viñedo para protegerlo de enfermedades», pero también proporciona «las condiciones ideales para una larga temporada de maduración», lo que da como resultado vinos con la complejidad propia de una maduración más lenta. Aunque Katakis señala que la escena del vino “todavía está emergiendo”, las dos propiedades locales de la marca hotelera griega, Domes Miramare y Domes of Corfu, han comenzado a ofrecer excursiones de cata de vinos para los huéspedes.
El camino largo y sinuoso
Hay muchas razones entrelazadas por las que la antigua reputación de Corfú en el mundo del vino se ha desvanecido. Aún a pesar de todo lo que tiene a su favor. Gracias a su ubicación a las puertas del mar Adriático, la isla ha sido codiciada por numerosos imperios, algunos de los cuales priorizaron la vinificación más que otros.
La República de Venecia, que gobernó Corfú durante más de 400 años y moldeó significativamente su cultura, promovió inicialmente la industria. Pero las incursiones del Imperio Otomano, que había conquistado gran parte del resto de la Grecia moderna, no favorecieron la campiña de Corfú. Aunque no lograron apoderarse de la isla, el daño a las viñas ya estaba hecho. Por su parte, los venecianos finalmente se volcaron en otro producto agrícola: el aceite de oliva. La plantación de olivos recibió importantes subvenciones, y hoy en día, Corfú aún alberga a más de cuatro millones de personas.
Más recientemente, Corfú estuvo gobernada por los franceses, luego por los británicos, y en el siglo XX giró hacia otra industria: el turismo, volviéndose un destino favorito para los turistas europeos.
Este auge turístico incentivó aún más a los locales a abandonar sus viñedos familiares. Desde entonces, Corfú ha quedado un tanto eclipsada por su vecina del sur, Cefalonia. Cabe señalar que Cefalonia es cuna de la única Denominación de Origen Protegida (DOP) de vino de la región jónica. Durante un tiempo, pareció que la energía joven y el entusiasmo internacional que revitalizaban el vino griego en otros lugares habían pasado prácticamente desapercibidos para Corfú.
El renacimiento de la industria
Actualmente, muchas bodegas de la isla trabajan para preservar las vides y los métodos que hacen que los vinos de Corfú sean tan únicos. «Hay un renovado interés en preservar las uvas autóctonas de Corfú», especialmente con un enfoque en la sostenibilidad, explica el equipo de Goulis Winery, señalando que «las pequeñas bodegas familiares como la nuestra» son clave en este resurgimiento.

Goulis, productor de vino natural ubicado en el pueblo noroccidental de Liapades, utiliza exclusivamente variedades de uva con profundas raíces en la isla. Entre ellas, la blanca Kakotrygis y la tinta Skopelitiko. El equipo emplea técnicas de baja intervención para que los vinos expresen la verdadera identidad de las uvas y el terroir, incluyendo la historia mítica y documentada que los moldeó.