Podés hacer un gol y podés llevar tu nombre al cielo

Podés hacer un gol y podés llevar tu nombre al cielo


La primera imagen, piedra libre, fue durante el partido. Charly García apareció en un palco mirando a la selección argentina, mirando a Lionel Messi. Podía ser un gusto más del artista pero quizá estaba tramando algo. Lo que tramaba él -y también quienes lo acompañaban- era que podía encontrarse con Messi, con el hombre de la noche, el que se despedía de ese lugar que le dio felicidad y alguna angustia. Charly y Messi se iban a sacar la foto que no esperábamos, quizá porque no los habíamos pensado contemporáneos, los pensábamos a cada uno ubicado en tiempos y espacios diferentes, desenganchados el uno y el otro.

Pocos sabían que esa foto no existía -tal vez ellos mismos sí lo sabían- y pocos además la habían imaginado. Ahora, sin embargo, se corresponde con una pieza que completa el rompecabezas de la Argentina, un eslabón maradoniano que nos habla de un país y su talento. Charly era amigo de Diego Maradona, en las buenas y en las malas, en sus idas y vueltas. Por eso, cuando Charly le dice “Dios te bendiga” a Messi y le tira un beso para despedirse, Nahuel Prado, que es humorista y musicoterapeuta, escucha una frase sutilmente distinta, “D10S te bendiga”, que no es lo mismo pero es igual.

Podés hacer un gol y podés llevar tu nombre al cielo

Hay una primera impresión de las fotos del encuentro: las caras de felicidad de los dos. Pero hubo una secuencia que ocurrió en la zona mixta, mientras el capitán respondía las preguntas de los periodistas. Charly pasó en ese momento con su silla de ruedas y, de pronto, avanzaron en paralelo como si se ignoraran, cada uno en su universo. como había sido la vida de ambos. Ahí estaban los dos, en las entrañas de un estadio que es escenario de fútbol y también de rock.  

Messi jugó el jueves su último partido por eliminatorias, aunque todavía no conocemos la dimensión de esa despedida. Sus lágrimas antes del partido, la presencia de sus hijos a la hora del himno, su familia en los palcos fueron indicadores de un final. ¿Queda el Mundial? Tampoco se sabe, quedan todavía nueve meses por delante.  

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Todo lo que vino después de Qatar 2022 fue un gran bis de Messi. El telón empezó a cerrarse la misma noche de la final con Francia cuando, todavía en Lusail, le hizo señas a su familia de que ya estaba, que ya tenía lo que había buscado toda su vida como jugador. Pero como un músico que termina su espectáculo a tope, también se dio el gusto de volver a salir al escenario. Desde entonces, dentro de una vida confortable y sin exigencias en Inter Miami, se disfrutaron los bises de Messi. Incluyeron nada menos que otra Copa América, la que ganó en 2024 en Estados Unidos.

Messi se encargó de recordar por estas horas, donde sólo hay consenso sobre él, que también la pasó mal en la selección, los tiempos en los que cosechaba críticas y se volvía a Barcelona envuelto en la frustración. Messi lleva dos décadas en la selección, hizo goles en cada uno de esos años. Después de su debut encadenó muchos golpes hasta que las tres finales perdidas lo hicieron pensar en renunciar. Pero ese Messi, el que jugaba para un equipo que no podía coronar, también era genial. No empezó a ser genial en 2021 con la Copa América en Brasil. El Messi previo también merecía reverencias. 

También Charly García fue una figura sometida a castigos por la crítica. Alguna vez imaginó qué hubiera sido de él de haber nacido en Nueva York. Pero nació en Buenos Aires. Messi nació en Rosario aunque muy pronto se fue a Barcelona para terminar de crecer. Los dos están acá, entre nosotros, y hay algo de nostalgia en las imágenes del encuentro de estos dioses artistas, pero también hay mucho de permanencia.

Podés hacer un gol y podés llevar tu nombre al cielo

Foto: Claudio Fanchi / NA

Nos aferramos a Messi y nos aferramos a Charly. A lo que fueron, a lo que son, a lo que queremos que sean, ahora esperando un próximo Mundial o una canción con Sting. La noche del jueves, cuando empezó a sentirse en el cuerpo futbolero, que el Messi de la selección argentina llega a su fin, como ya ocurrió como Ángel Di María, como se sabe que ocurre con Nicolás Otamendi, y con una selección argentina construída por Lionel Scaloni que va cambiando a sus hombres, a los intérpretes, pero que mantiene una idea. 

Se van del equipo los que pudieron hacer goles y los que pudieron llevar sus nombres al cielo. Que fueron campeones, jugaron en la selección y, para romper esas líneas de Yendo de la cama al living, tuvieron más que un poquito de amor para dar. Lo dieron todo, como Messi, como Charly, que nos dejan esta foto argentina para la eternidad.



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