El artista puertorriqueño Bad Bunny respondió con ironía y orgullo a las críticas que desató su nombramiento como protagonista del espectáculo de medio tiempo del Super Bowl 2026. Durante el estreno de la temporada 51 de Saturday Night Live (SNL), el cantante dedicó parte de su monólogo inicial a quienes lo cuestionaron por cantar casi exclusivamente en español. “Si no entendieron lo que acabo de decir, tienen cuatro meses para aprender español”, lanzó desde el escenario de Studio 8H en Nueva York.
La frase fue una réplica directa a los sectores conservadores -particularmente los simpatizantes del movimiento MAGA (“Make America Great Again”)- que calificaron de “grosería” la elección del artista para el evento deportivo más visto de Estados Unidos. En su monólogo, Bad Bunny alternó el inglés y el español, con un mensaje que combinó humor y reivindicación: “Más que un logro mío, es un logro de todos los latinos que han trabajado para abrir puertas. Nadie podrá borrar nuestra contribución en este país”.

Su aparición en SNL fue también una oportunidad para reafirmar su identidad cultural. “Estoy muy emocionado de estar en el Super Bowl y sé que la gente de todo el mundo que ama mi música también está feliz”, comenzó diciendo. Luego, al cambiar de idioma, habló directamente a su comunidad: “Especialmente a todos los latinos y latinas en Estados Unidos. Nuestro trabajo y nuestro esfuerzo en este país no podrán ser borrados”.
El anuncio de que el intérprete de Tití Me Preguntó encabezará el show del Super Bowl LX, que se celebrará en febrero en el Levi’s Stadium de Santa Clara (California), generó una inesperada controversia política. Figuras vinculadas al presidente Donald Trump, como el asesor Corey Lewandowski, sugirieron que agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) podrían desplegarse durante el evento, insinuando un mensaje de advertencia hacia el público latino.
Consultada en una conferencia de prensa, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aseguró que “no hay ningún plan concreto” para realizar operativos migratorios en el Super Bowl, aunque insistió en que la administración “seguirá arrestando y deportando a los inmigrantes ilegales cuando los encontremos”. El comentario reavivó el debate sobre la xenofobia y la instrumentalización política de la cultura popular.
La controversia llegó incluso a las redes sociales, donde usuarios y figuras del entorno conservador ironizaron sobre la nacionalidad del artista. Algunos llegaron a afirmar que Bad Bunny “no era estadounidense”, ignorando que Puerto Rico es un territorio de Estados Unidos desde 1898 y que sus habitantes tienen ciudadanía estadounidense.
Bad Bunny, cuyo nombre real es Benito Antonio Martínez Ocasio, llegó al SNL tras finalizar una exigente residencia de 31 conciertos consecutivos en el Coliseo de Puerto Rico, todos con localidades agotadas. “Esta vez solo conduzco porque necesito descansar”, bromeó el cantante durante el programa, entre videos de su reciente gira y menciones a celebridades que lo acompañaron en la isla, como Jon Hamm.
El puertorriqueño, de 31 años, se convirtió en uno de los artistas más escuchados del planeta y en una figura de peso en la cultura pop global. Su presencia en el Super Bowl marca un hito: será el primer artista latino en solitario en protagonizar el espectáculo del medio tiempo, un escenario que en los últimos años contó con figuras como Rihanna, The Weeknd y Shakira junto a Jennifer Lopez.
Humor, nostalgia y una sorpresa: Bad Bunny como Quico
Además del mensaje político, el episodio de SNL incluyó un momento de pura nostalgia latinoamericana. En el último sketch de la noche, Bad Bunny rindió homenaje a El Chavo del 8, la comedia mexicana creada por Roberto Gómez Bolaños que marcó generaciones en todo el continente.

El segmento, titulado The Kid from Number 8, recreó la icónica vecindad con notable fidelidad. El reguetonero interpretó a Quico, con su clásico gesto de cachetes inflados y gorro marinero; Marcello Hernández fue El Chavo, Chloe Fineman encarnó a Doña Florinda y Jon Hamm sorprendió al público como el Profesor Jirafales.
El sketch, emitido en inglés, mezcló risas grabadas, pastelazos y frases reconocibles para el público latino, generando reacciones divididas en redes sociales: algunos lo celebraron como un homenaje entrañable, mientras que otros lo consideraron una apropiación curiosa. De cualquier modo, volvió a poner a Bad Bunny en el centro de la conversación cultural y reforzó su vínculo con la identidad latinoamericana.
La aparición del músico en SNL fue mucho más que un paso por la televisión: se trató de una declaración de principios. Entre risas y sátira, Bad Bunny usó su espacio para reivindicar la lengua española, la herencia cultural y la presencia latina en Estados Unidos.
“Nuestra huella y nuestra contribución en este país, nadie podrá quitarlas ni borrarlas”, repitió en su monólogo. A cuatro meses del Super Bowl, el mensaje fue claro: no se trata solo de un espectáculo musical, sino de un acto de representación. Mientras algunos se preparan para disfrutar del show y otros insisten en sus críticas, Bad Bunny ya dejó planteado el desafío: “Si no lo entendiste, todavía tienes cuatro meses para aprender español”.