Divididos y la hermosa locura de llenar un estadio para escuchar un disco

Divididos y la hermosa locura de llenar un estadio para escuchar un disco


En tiempos en que la música se consume en modo scroll y los discos duran lo que tarda un algoritmo en sugerir otra cosa, Divididos hizo exactamente lo contrario: convocó a 8.500 personas para escuchar un álbum entero. La escena –un Movistar Arena repleto, en penumbras, siguiendo un tracklist que recién mañana estará en plataformas– rozó lo insólito y lo ceremonial, una especie de misa analógica en pleno siglo de la distracción permanente. Lo que para otros sería una excentricidad, para Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Catriel Ciavarella funcionó como declaración de principios: la música sigue siendo un acontecimiento colectivo, no una notificación.

Divididos y la hermosa locura de llenar un estadio para escuchar un disco

La velada arrancó con el estreno del documental “Sonidos, barro y piel”, que recorre la historia del grupo, su proceso creativo y su vínculo durante la grabación del disco en el estudio La Calandria. Tras la proyección, el público vivió la escucha exclusiva del álbum, producido entre 2019 y 2025. La lista de temas incluye: Aliados en un viaje, Monte de olvidos, Bafles en el mar, Doña Red, El faro, Mundo ganado, San Saltarín –ganador del Premio Gardel a Mejor Canción de Rock 2024–, Vos ya sabrás, Revienta el Mi Mayor, Insomnio, Cabalgata deportiva y Grillo. Este debut discográfico en quince años muestra a Divididos explorando caminos más cancioneros, con letras directas, pero sin renunciar a su esencia.

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Divididos y el fin de la espera

“Muchas gracias por venir, me emocionan mucho”, arrancó Mollo al dar la bienvenida. “Volvimos. Nosotros estamos vivos y eso nos permite hacer un disco cuando está listo y cuando nos sentimos orgullosos de él. Por eso estaba ahí escuchando el disco de verdad, como la primera vez. Siento que no es solo mi disco, que es el disco de otro, y lo estoy disfrutando así. Cuando sentís orgullo por lo que hiciste, decís: ‘Bueno, ahora sí’. Eso es lo que pasó con todo esto.” Sobre los quince años de espera, agregó: “Hay muchas razones: la actividad del grupo, los tiempos para registrar un trabajo discográfico, las programaciones que se fueron estirando… Todo eso se combinó con la vida que transcurrió entre medio, y así llegaron estos quince años, que no se pueden explicar solo por el tiempo, sino por todo lo vivido”.

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En un clima de emoción compartida, Arnedo recordó sus inicios: “A mí me pasó que quería jugar al fútbol y no pude. Entonces me encontré con un bajo, como conté en la película, y a partir de ahí dije chau. Ahí apareció un quiebre: la necesidad de salir a buscar las cosas por mí mismo en un mundo que no estaba hecho para todos. La culpa, los psicólogos, las pastillitas, la crisis existencial… muchos chicos de los barrios suburbanos pasan por eso. Después, la música me llevó. Creo que fue entregarme con pasión: encontrar un espacio donde uno puede crear, practicar y sentirse vivo”.

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Catriel, por su parte, añadió: “Hinché mucho las pelotas para hacer este disco, no se hagan los boludos. Estos diez años pasaron volando. Cuando era chico y escuchaba bandas, los discos salían cada año y medio o dos, por los contratos. Hoy somos una banda independiente y nos tomamos nuestro tiempo; después de tanto camino y tantos discos, no siento obligación de sacar un álbum cada dos años. No se trata de anarquía ni rebeldía, sino de respeto por el proceso. Y seguiré hinchando las pelotas para otro más. Este no será el último disco de Divididos”.

Divididos y la hermosa locura de llenar un estadio para escuchar un disco

La originalidad de Divididos, esa mezcla de precisión, músculo y humor que no admite imitaciones, atraviesa todo el proyecto. Nadie suena como ellos y, lo que es más evidente, nadie intenta hacerlo: la Aplanadora opera en un territorio propio, del que es dueña absoluta. Son un trío capaz de llenar estadios, tocar cada show como si fuera el primero y, aun así, presentar un disco nuevo que mira al presente sin nostalgia. Su aporte al rock argentino no se mide por modas ni tendencias, sino por esa rara persistencia en sonar vivos, curiosos y libres, incluso después de casi cuatro décadas de electricidad.

Divididos y la hermosa locura de llenar un estadio para escuchar un disco
Sobre el final de la velada Divididos regaló una breve guitarreada.

Divididos – Divididos

  1. Aliados en un viaje
  2. Monte de olvidos
  3. Bafles en el mar
  4. Doña red
  5. El faro
  6. Mundo ganado
  7. San Saltarín
  8. Vos ya sabrás
  9. Revienta el Mi Mayor
  10. Insomnio
  11. Cabalgata deportiva
  12. Grillo



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