Celeste Cid, entre una comedia romántica fallida y un futuro cercano como showrunner

Celeste Cid, entre una comedia romántica fallida y un futuro cercano como showrunner


Un protagónico siempre es importante para cualquier actriz. Celeste Cid lo sabe: empezó en los ’90 y logró una continuidad que muy pocas actrices logran. Volver al cine era un deseo que la entusiasmaba. Este 18 de septiembre se estrenó Papá x dos, comedia dirigida por Hernán Guerschuny y protagonizada por Benjamín Vicuña y Lucas Akoskin. La película indaga en cómo a veces es necesario dejar atrás los modelos tradicionales de familia. Cid interpreta a una mujer atractiva para un hombre estructurado, que la acompaña aun cuando ella mantiene una relación amistosa con su ex.

“Lo primero que me enganchó del proyecto fue la primera escena: dos personajes charlando largo, sentados. Me atrapó y me dije: ‘tengo que estar’. Si el guion me engancha al comienzo, la película va a estar buena”, confiesa la actriz. Esa escena se filmó el primer día de rodaje, entre nervios y expectativas: “Fue una buena patada inicial, porque podía incomodar o hacerte pensar qué harías en esa situación. Eso me gustó”.

La actriz dice que le interesaba explorar la comedia romántica desde otro costado. “Es valioso mostrar una de las tantas formas de familia. No hay un único modo de hablar de amor y protección. Me gusta cómo la película refleja cambios: a veces los hombres deben adaptarse a las decisiones de las mujeres. Mi personaje llega con algo definido e invita al otro a ver si quiere acompañar. No es la historia de amor típica. Hoy lo femenino y lo masculino están más cerca: los varones han desarrollado una inteligencia emocional más profunda”.

Celeste Cid, entre una comedia romántica fallida y un futuro cercano como showrunner

Que el film esté protagonizado por nombres convocantes es, para ella, secundario. “Se trata de una comedia amable, con chicos en el elenco y un clima divertido en cada jornada de rodaje. Esa energía compartida fue hermosa. Lo más importante es que no apunta a un público concreto: la pueden ver parejas, adolescentes o cualquiera que quiera pasar un buen rato. Más allá de los nombres, lo fuerte es la historia”.

En tiempos de incertidumbre, la propuesta de tocar temas sensibles desde la comedia la sedujo. “Muestra que no podemos manejarnos por mandatos rígidos. Es posible tocar asuntos profundos riéndonos de nuestras torpezas. Todo es aprendizaje. A los que ya pasamos los 40 nos viene bien pensar cómo seguir adelante, aunque cueste. La película invita a hacerse cargo de las decisiones sin dramatizar tanto”.

Cid sostiene que el proceso de deconstrucción debe ir mucho más allá de lo personal: “No solo es para los varones: las mujeres también debemos educar la mirada. Dejar de exigirnos ser eternamente jóvenes y aceptar los cambios”.

Sobre su personaje, reconoce un dilema interno. “Todos los roles tienen su complejidad. El mío defiende a su bebé y busca formar una familia, aunque a veces parezca egoísta. Lo vincular siempre es interesante”. En pantalla se la ve cómoda en la comedia: “Fue un rodaje relajado y eso ayuda. Me dieron confianza para jugar, y se nota. Había muchos niños en el set que contagiaban alegría. No siempre se disfruta el proceso: a veces el resultado es bueno pero el camino es duro. Esta vez todo fluyó con buena energía”.

La presencia de los niños en el set marcó el ritmo: su espontaneidad obligaba a flexibilizar las escenas y a encontrar la verdad en el juego. Esa libertad ayudó a que las tomas quedaran naturales y a que el equipo se sintiera protegido para proponer. Además, la confianza que le otorgaron el director y los compañeros permitió probar matices y pequeñas improvisaciones que luego funcionaron en el montaje.

Celeste Cid, entre una comedia romántica fallida y un futuro cercano como showrunner

Sin embargo, al principio le costó encontrar la perspectiva del personaje. “Quería entender su filosofía, lo que la moviliza -destaca-. Tiene una transformación física y emocional, pero mantiene claridad en sus decisiones. Eso me resultaba desafiante. Con mi coach trabajamos bastante para imaginar esas zonas internas. Cada persona afronta la vida de forma distinta; comprenderlo me dio seguridad para filmar”.

Estrenar es, para Cid, un privilegio y un acto de esperanza: “Estamos en una crisis profunda. No está fácil. Pero la gente quiere ir al cine, compartir ese ritual y charlar después. Eso resiste. Hay que seguir apostando al lenguaje audiovisual y a las ideas para que no se detenga una industria potente. No somos solo quienes aparecemos en pantalla”.

En su futuro inmediato explora otros caminos creativos. Tras un problema de salud, investigar las causas disparó una idea: consultó a un osteópata, un neurocientífico y un psicólogo, y la intuición derivó en un proyecto. “Me sugirieron hacer una serie. Estoy escribiendo como showrunner: guío la creación como guionista, productora y actriz. Es otro lugar; como intérprete recibís un guion ya filtrado, y ahora quiero estar en la raíz”. También la estimuló su pareja, Santiago Korovsky, que la alentó tras estrenar su propia serie.

En la escritura, dice, busca traducir esa colectividad: aprender a gestionar equipos, escuchar guionistas y articular producción. Confiesa que asumir varios roles exige humildad y ganas de aprender: implica administrar tiempos y prioridades, y aceptar que el proceso creativo es colectivo.

Celeste Cid, entre una comedia romántica fallida y un futuro cercano como showrunner

Pero, asegura, lo que más la seduce es formar equipos. “Hoy la clave es juntarse con gente que vibre como vos, abrir el campo de juego e incorporar ideas de otros. Empecé de muy chica y siempre me dejé llevar: aprendí ya en el camino. Ahora armar equipos me parece esencial en un mundo individualista. Lo amoroso une: si algo favorece a uno y al otro, ganamos todos. Si no es para compartir, ¿para qué sirve? De acá en más, no queda otra que crear en grupo. Y de eso también habla la película: hay que armar manadas para protegerse de la insensibilidad”. «

Papá x dos

De Hernán Guerschuny. Con Benjamín Vicuña, Celeste Cid y Lucas Akoskin. En cines.



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