Crecen las dudas con el método que usa el Indec para medir la pobreza

Crecen las dudas con el método que usa el Indec para medir la pobreza


El Ministerio de Capital Humano celebró el dato de pobreza que se conoció el jueves y que cayó al 31,6% de la población. El dato representa una caída de más de 21 puntos con relación a lo relevado un año atrás y de 8,5 puntos con 2023.

La cartera liderada por Sandra Pettovello señaló en un comunicado que “más de 6,2 millones de personas salieron de la pobreza en un año gracias a la implementación de políticas económicas que han contribuido a reducir la inflación y estabilizar la economía”.

El dato, sin embargo, es cuestionado por diversos especialistas, empezando por los propios trabajadores del Indec que elaboran el informe oficial. Mediante un video difundido por la Junta Interna de ATE, listan cuatro puntos que relativizan lo dicho por el gobierno. En primer lugar observan que “Milei compara períodos incorrectos” en tanto se arroga haber sacado gente de la pobreza que “habían sido llevados a esa condición por la devaluación y la consecuente inflación que ellos mismos generaron”. Luego cuestionan la proyección que realiza el gobierno y la omisión de diferentes “indicadores negativos” entre los que destacan que “los empleos generados son precarios, crece la desocupación y los trabajadores hemos tenido una perdida significativa de nuestros ingresos”. Además, destacan que “la situación del Indec es crítica” debido a la salida de profesionales y técnicos expulsados por los bajos ingresos.

Las críticas también emanan del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), que lidera el sociólogo Agustín Salvia. Dio a conocer un informe con el título de “Un descenso sobrerrepresentado de la pobreza” en el que reconoce que “esta buena noticia debe interpretarse en el marco de un proceso de estabilización macroeconómica caracterizado por la desaceleración de la inflación y un menor incremento en los precios de los bienes que integran las canastas básicas de consumo en comparación con el índice general”. El escenario, dicen, “alivió el gasto de los hogares más vulnerables y favoreció una recuperación estadísticamente verificable en los indicadores de ingresos y pobreza frente a la situación crítica de finales de 2023 y comienzos de 2024”.

Con todo, aseguran que “es importante diferenciar entre el fenómeno de la pobreza y su instrumento de medición”. Para la UCA, “en contextos de alta volatilidad, tanto por fuertes incrementos en los precios como ante la desaceleración inflacionaria, la medición de la pobreza por ingresos tiende a ser menos precisa”.

Desde la UCA destacan que el dato es resultado de “una mayor captación neta de ingresos laborales y no laborales por parte de la Encuesta Permanente de Hogares, derivada tanto de cambios en el cuestionario como de un mejor registro en un escenario de menor inflación”. Por último, subrayan que “se explica por la persistencia en la utilización de canastas básicas construidas sobre la estructura de consumo de 2004-2005, no actualizadas a la información de 2017-2018” cuando, «durante 2024, en un escenario de fuerte recomposición de tarifas y de precios regulados, dicha desactualización limita la capacidad de la medición para reflejar con precisión la situación efectiva de los hogares”.

En la misma línea, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) critica la medición por el sesgo que implica la negativa del organismo en actualizar la canasta de gastos en hogares con el relevamiento de 2018 que, dice, hace que “el valor de la CBT quede artificialmente bajo”. A la vez, coincide en destacar el impacto de la modificación metodológica de la EPH, que implicó “una mejor captación de ingresos“ y no “por una mejora real y sostenida en los ingresos de los hogares en relación al costo de vida”. Por eso, concluye, “la pobreza corregida dinámicamente muestra una trayectoria más estable y similar a los niveles de fines de 2022”. Para el CEPA, la subestimación de la pobreza equivale a 8,6 puntos porcentuales.

Incongruencias

En diálogo con Tiempo, el doctor en Ciencias Sociales Eduardo Chávez Molina señala que “hay una submedición, pero no conocemos el impacto”. A la hora de identificar las distorsiones, el especialista apunta al “retraso del coeficiente de Engel en lo no alimentario, porque la proporción de tarifas de luz, agua internet, telefonía móvil no está bien contemplada y sumamente subregistrada en la Encuesta Nacional de Gasto de Hogares 2004-2005”.

Para Molina “hay una aceptación de la distorsión pero las estimaciones difieren. Van desde dos hasta ocho puntos. Para nosotros, la pobreza se sitúa en un 35% o 36%”. Además, pone de relieve que existe una “no respuesta sobre ingresos del 21 al 22% de la muestra en la Encuesta Permanente de Hogares y es un porcentaje que va en aumento”. Chávez explica que esas respuestas se estiman pero “no hay un informe técnico” sobre cómo se realiza. A la vez, enfatiza que “al aclararse la situación inflacionaria es más posible que la gente se acuerde mejor de sus ingresos. Cuando hay inflación es más probable que haya un error”.

Desde el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (Ipypp), Claudio Lozano destaca que “utilizando la ENGHo de 2017 y 2018 hay cambios importantes en las canastas. La Canasta Básica Total oficial creció un 197,3% entre noviembre de 2023 y agosto 2025 mientras que el IPC con la ENGHo 2018, dependiendo el tipo de hogar, va desde el 233,7% hasta el 243,7%”.

Lozano señala, además, que “el empobrecimiento producido en el primer semestre fue cubierto quemando ahorros o tomando deudas. Eso pesa en el ingreso disponible cuando salís de la pobreza porque una parte de tu ingreso está comprometido en el pago de créditos que tomaste para cubrir tus necesidades de consumo”.

Tanto Chávez Molina como Lozano pusieron en discusión la estimación de ingresos de los trabajadores informales. Lozano destacó que “en la EPH hay cosas extrañísimas. Los salarios de los no registrados dan mejoras del 17,8% en términos reales hasta febrero de 2025. A la vez, el índice salarial de los trabajadores registrados por EPH da una suba del 25,7% mientras que a través del SIPA que es un relevamiento de todo el universo da una caída del 0,2%. Hay un error evidente”.

Chávez Molina agrega que otro tema es “la sensación. No hay nadie que cree en estos datos. Si hubiera esa baja de la pobreza no podrían haber perdido una elección por paliza”. En esa línea, Lozano destaca que “los indicadores de consumo masivo dan para atrás en no menos del 9% comparados con el tercer trimestre de 2023, no parece razonable”.



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